Río de Janeiro/dpa
Argentina logró hoy un deslucido triunfo por 2-1 ante Bosnia-Herzegovina en su debut en el Mundial de fútbol de Brasil 2014, unhealthy donde dejó dudas sobre su funcionamiento colectivo y el estado de forma de su máxima estrella, hospital Lionel Messi.
La «Albiceleste» se adelantó con un gol en contra de Sead Kolasinac en el minuto 3 del partido y amplió su ventaja en el 65 por medio de Messi en la mejor jugada del partido. Vedad Ibisevic recortó en el 85 para los bosnios y puso emoción a los últimos minutos del encuentro.
A excepción del gol, viagra Messi tuvo una discreta actuación, al igual que una Argentina que nunca fue mejor que su modesto rival en el partido de menos calidad de los disputados hasta ahora en el Mundial.
El 1-0 llegó sin que ninguno de los dos equipos se hubiera apenas asentado en el campo. Un centro de Messi, un cabeceo defectuoso de Marcos Rojo y un rebote aún peor en Kolasinac terminaron con el balón dentró de la portería bosnia.
El gol anestesió el partido. Durante unos minutos pareció que Argentina controlaría sin problemas el juego, pero fue un espejismo. Lo poco que se vio en la primera mitad lo hizo Bosnia, incluso el gol.
Le bastó a los europeos con el criterio de Miralem Pjanic, con mantener un poco de orden y con presionar la salida del balón para ser más que los bicampeones mundiales, que estuvieron desconectados, imprecisos y sin ideas.
Se esperaba mucho de Messi en su debut en el Mundial después de una temporada discreta en el Barcelona. Argentina anhelaba que el crack se hubiera estado reservando para la cita mundialista, el gran título que le falta en sus vitrinas.
Pero el Messi de la primera mitad fue el mismo futbolista apático del Barcelona, casi desinteresado del juego si el balón no llegaba directamente a sus pies.
La desconexión entre líneas impedía además que la pelota pasara por Messi, y cuando lo hacía era lejos del arco, donde el argentino, menos explosivo que hace unos años, es controlable para el rival.
Sólo Ángel Di María, comprometido en ataque y defensa, respondía al nivel que se espera de una de las grandes favoritas al título
Poco reseñable dejó un primer tiempo que desmereció el tono general del Mundial, que hasta ahora había ofrecido partidos dinámicos e intensos. Si alguien estuvo cerca de marcar otro gol fue Bosnia, pero ni Izet Hajrovic ni Senad Lulic pudieron batir a Sergio Romero.
El técnico argentino, Alejandro Sabella, decidió dar un giro de timón en el descanso. De una vez, dejó fuera a Maxi Rodríguez y Hugo Campagnaro para dar entrada a Fernando Gago y Gonzalo Higuaín.
El 5-3-2 con el que empezó el partido se transformó en un 4-3-3, un dibujo con el que Messi se siente más cómodo.
La mejoría argentina fue leve, pero suficiente para que Messi lograra el 2-0 en un fogonazo con el que recordó su mejor versión. Recibió diez metros dentro del campo bosnio, arrancó eliminando a un rival, conectó en pared con Higuaín y desde la frontal del área colocó el balón junto al poste.
Las gradas del Maracaná, que nunca habían sido tan albicelestes, explotaron de alegría y de alivio. Messi había marcado su segundo gol en un Mundial, después del que logró el 16 de junio de 2006 en el 6-0 a Serbia y Montenegro en Gelsenkirchen, en Alemania.
Pese a la ventaja, Argentina volvió a su versión «off» y permitió a Bosnia recuperar terreno a la espera de cazar un gol al contraataque que nunca llegó. Al contrario, fueron los europeos quienes pusieron un nudo en la garganta a los miles de argentinos congregados en el Maracaná cuando Ibisevic puso el 2-1.
Quedaban cinco minutos y la sombra de una salida en falso de los argentinos sobrevoló el mítico estadio de Río de Janeiro. Finalmente no hubo sopresa, pero Argentina deberá resolver muchas cosas en los próximos partidos si quiere aspirar a volver al mismo escenario dentro de 28 días para disputar la final del Mundial.