Río de Janeiro/dpa
Argentina buscará dar mañana su primer paso rumbo al tricampeonato cuando enfrente al debutante Bosnia en el estadio Maracaná de Río de Janeiro en la primera fecha del Grupo F del Mundial de Brasil 2014.
El técnico Alejandro Sabella sabe que Bosnia puede convertirse en el rival más complejo para Argentina en el grupo, buy viagra también integrado por Irán y Nigeria, mind por lo cual preparó dos esquemas tácticos bien diferentes: su once “ideal” ultraofensivo con Lionel Messi y otros dos atacantes y un 5-3-2 más conservador con sólo dos puntas, la “Pulga” y Sergio Agüero.
Se trata del mismo sistema que utilizó en noviembre, cuando derrotó por 2-0 a Bosnia en un amistoso en Estados Unidos.
La selección argentina cuenta con una de las delanteras más poderosas de la Copa, con los “cuatro fantásticos”: Messi, Agüero, Gonzalo Higuaín y Ángel Di María.
Pero el entrenador no quiere descuidar la defensa, uno de los históricos puntos débiles “albicelestes”, en el choque con el conjunto de Safet Susic, de juego muy físico, y que cuenta con el peligroso delantero Edin Dzeko, del Manchester City y compañero de Agüero y Pablo Zabaleta.
“Dzeko es un jugador que físicamente es grande, con un gran juego aéreo, hay que estar cerca y tener cuidado con los posibles centros que pueda tirar desde los costados”, advirtió el defensor argentino Federico Fernández, que juega en el Napoli italiano.
Sabella tiene estudiado el plan bosnio, lo que lo habría convencido de resignar potencia ofensiva para dar mayor cobertura a la defensa, con dos laterales listos para sumarse al ataque. Y no sólo deja de lado su habitual “tridente” de ataque sino también el sistema con el que Messi se siente más cómodo para jugar.
Pero la estrella de la selección argentina y el Barcelona, en su momento de mayor madurez futbolística, está dispuesto a todo para llevar al conjunto “albiceleste” de regreso al Maracaná el 13 de julio. La Copa del Mundo es el único trofeo que le falta a su colmada vitrina.
“Sería hermoso que lleguemos a definir el Mundial, siempre lo consideré un sueño. Y este momento que estamos atravesando creo que puede ser determinante para cumplir ese sueño”, declaró el capitán argentino en una reciente entrevista, en la que aseguró además que aprendió de lo que hizo “mal en las ediciones anteriores”.
“Messi está feliz y es un gran síntoma para nosotros porque es cuando mejor rinde. Pero la responsabilidad es de todos. Como grupo tenemos que hacer rendir a él de la mejor manera. Es un jugador capaz de hacer cosas increíbles, pero tenemos que darle las herramientas para que esté cómodo”, aseguró el volante central Javier Mascherano.
El seleccionador argentino alertó que Bosnia “cuenta con un mediocampo sin mucha marca, pero con buen manejo de pelota”. “Están (Senad) Lulic, (Miralem) Pjanic, (Zvejezdan) Misimovic, que le pega bien desde fuera del área. Los volantes externos juegan para Dzeko, que espera en el medio del área”, evaluó días atrás.
El técnico de Bosnia es además un viejo conocido de los argentinos. Como jugador de la selección de Yugoslavia, perdió por penales ante Argentina en los cuartos de final de Italia 1990, y ahora estaría sediento de una revancha que embarre los planes “albicelestes”, los favoritos del Grupo F.
“Es un dilema para mí, pero sacrificar un jugador para hacer una marca personal a Messi no creo que sea bueno para nosotros”, declaró Susic a la web de la FIFA.
“A Messi trataremos de contenerlo en conjunto. Si pensamos en una marca personal, podrá costarnos bastante caro. Si estamos bien ordenados, esperamos poder controlar el ataque argentino”, analizó por su parte Toni Sunjic, quien se perfila como candidato a acompañar a Emir Spahic en el centro de la defensa.
“Vamos a jugar nuestro primer Mundial en Brasil, en el Maracaná y contra Argentina y Lionel Messi. Creo que no podíamos pedir más”, resumió el mediocampista Senijad Ibricic.
La selección argentina intenta mientras tanto controlar su ansiedad por el debut en el mítico Maracaná para comenzar a recorrer el camino hacia el tricampeonato y poner fin a una sequía de títulos que lleva casi 21 años.