Buenos Aires / AFP
El presidente de Argentina Alberto Fernández pidió el jueves a los trabajadores que no hagan «pedidos desmedidos» tras acordar con los empresarios una estrategia conjunta para impulsar la industria y el empleo.
Para remediar la peor crisis económica de Argentina en los últimos 17 años, Fernández impulsó un paquete de medidas económicas e impositivas de emergencia, y la semana pasada firmó un inédito acuerdo con empresarios, sindicatos y líderes sociales para revisar los salarios y precios al consumidor.
Quiero «pedirles a los que trabajan que tengamos en cuenta la situación, tampoco hagamos pedidos desmedidos porque eso repercute sobre el resultado de la economía», dijo el mandatario de centro-izquierda en entrevista con Radio 10.
Estamos «tratando de garantizar un aumento mínimo», recalcó Fernández, al asegurar que esta misma semana se conocería la cifra.
Por su parte, Carlos Acuña, secretario general de la Confederación General del Trabajo, dijo que cada sector deberá negociar por separado su aumento, ya que «no todos están en las mismas condiciones económicas», según declaraciones recogidas por el periódico digital El Destape.
Por otro lado, Fernández también ha presionado a las empresas para no aumentar los precios, argumentando que tienden «a construir precios e inflación solamente con expectativas» económicas negativas.
«En Argentina la demanda cae estrepitosamente y los precios suben. Hay algo que está mal», subrayó el presidente.
Así, los productores y comerciantes de alimentos acordaron absorber buena parte del 21% del Impuesto al Valor Agregado (IVA) en la canasta básica.
El precio de la leche no aumentará, mientras que el resto de los alimentos tendrá «un aumento promedio de entre el 7% y el 10%», dijo Fernández.
Los precios de las gasolinas se congelaron, mientras el gobierno busca que sectores de exportación como el campo, la minería y el petróleo paguen más impuestos.
Argentina atraviesa una recesión económica desde el segundo trimestre de 2018 con una inflación de 48,3% a noviembre y una depreciación de la moneda de 38% en ese lapso.
Además, amasa de una deuda de unos 335.000 millones de dólares.
«Es la primera vez que empresarios, trabajadores y Estado se unen para decirle a los acreedores: ‘nosotros creemos que la fórmula para pagar no pasa por seguir ajustando la economía argentina, sino que Argentina debe primero crecer para después afrontar sus obligaciones'», aseguró Fernández.