Houston (EEUU)/dpa
Con poco tiempo para saborear la goleada a Venezuela y el nuevo récord de Lionel Messi, Argentina no perdió el tiempo y está enfocada en su rival de mañana en las semifinales de la Copa América Centenario, el anfitrión Estados Unidos, un gran escollo en su camino rumbo al título tan ansiado luego de 23 años de sequía.
La selección albiceleste llega a las semis en Houston con dos días menos de descanso que los locales, pero nada importa a Messi y sus compañeros.
Y es que el conjunto de Jürgen Klinsmann, que eliminó el jueves a Ecuador en cuartos, aparece como un escalón más rumbo a la final que Argentina necesita imperiosamente ganar, tras perder las últimas dos.
Las derrotas en las finales del Mundial de Brasil 2014 y de la Copa América 2015 abrieron una herida que sólo un trofeo en alto puede empezar a curar.
A Messi no lo desvía de su objetivo ni siquiera el hecho de haber alcanzado en el 4-1 ante Venezuela la marca histórica de Gabriel Batistuta como máximo goleador de la selección argentina, de 54 dianas.
“Estoy feliz por lo que significa el récord, pero la cabeza nuestra está en otra cosa, que es poder levantar la copa que tanto deseamos”, subrayó tras la goleada en Foxborough.
El astro del Barcelona y la selección argentina ya tiene estudiado al próximo contrincante, Estados Unidos: “Es un rival muy complicado, muy duro, físicamente muy fuerte. Cuando lo dejas jugar juega muy bien”.
El entrenador de la albiceleste, Gerardo Martino apuntó al punto débil al señalar que para el partido con Argentina tendrá “tres ausencias que son importantes”, las de Jermaine Jones, Bobby Wood y Alejandro Bedoya por amonestaciones. “Pero los argumentos futbolísticos que lo llevaron hasta aquí y la localía lo hacen un equipo muy importante”, advirtió Martino.
“Las selecciones que arriban a semifinal, como Estados Unidos, arriban por mérito propio. Tenía una zona muy complicada, empezó con un resultado adverso y se recuperó muy bien”, puntualizó.