Bronnitsy/Rusia/AFP
La selección argentina volvió a los entrenamientos en Bronnitsy, en el sureste de Moscú, con la mira puesta en su encuentro de octavos de final ante Francia, luego de derrotar el martes 2-1 a Nigeria.
La Albiceleste, tras un gran esfuerzo, viajó desde San Petersburgo hasta Moscú por la noche y, en una soleada tarde en las afueras de la capital rusa, regresó al trabajo en un campo auxiliar, donde los suplentes completaron una práctica de carga ligera mientras los titulares se ejercitaban en el gimnasio.
Ahora en el campamento base argentino no se habla de otra cosa que de Francia, tras superar con dificultades la fase de grupos gracias a un gol de Marcos Rojo a los 86 minutos.
El sábado, Argentina, como segunda del Grupo D, chocará con Francia, primera de la llave C, por un lugar en los cuartos de final.
Con los titulares en el gimnasio, el ambiente fue mucho más relajado. Hombres como Cristian Pavón, Sergio Agüero o Lucas Biglia se divirtieron bajo la atenta mirada de Sampaoli, que dejó la imagen de la jornada al participar activamente durante unos minutos en los rondos de los futbolistas.
Francia y Dinamarca empataron 0-0 el martes y pasaron como primero y segundo del Grupo C, lo que provocó que galos y albicelestes se midan en la próxima instancia.
Esta será la tercera ocasión que argentinos y franceses se midan en la historia de la Copa del Mundo y, en ambas, se impusieron los sudamericanos: en Uruguay-1930, 1-0 con un tanto de Luis Monti, y en Argentina-1978, 2-1 con tantos de Daniel Passarella y Leopoldo Luque, que neutralizaron el gol de Michel Platini.