Por Rolando Alvarenga
Los escenarios deportivos estatales se hicieron para beneficiar a los más pobres de los pobres y no para ser arrendados a particulares, ya que estas personas logran satisfactorios ingresos económicos a costillas de tantos niños que aspiran a tener una oportunidad de hacer deporte.
Y es responsabilidad del INDES no permitir, bajo ninguna circunstancia, esta “práctica comercializadora” que atenta contra las aspiraciones de niños, adolescentes y jóvenes tan necesitados de acceder a los diferentes escenarios deportivos estatales para hacer deporte y desarrollar sus ilusiones de involucrarse en las distintas disciplinas. Además, es indigerible que el Estado tenga que pagar un alto costo por el mantenimiento de los escenarios deportivos y el INDES termine recibiendo una pírrica retribución por el arrendamiento.
Tampoco es aceptable que bajo el viejo pretexto de “gestionar recursos propios” -aunque la Ley los faculte- el alquiler del Estadio “Mágico” González y del Gimnasio “José Adolfo Pineda”, para eventos extra deportivos, termine afectando la programación deportiva regular. Está como que alguien pretenda alquilar “El Taber” para presentar cualquier desmadre extra religioso. No puede, ni debe ser, porque los atletas y sus escenarios merecen respeto.
Tampoco es aceptable que, existiendo un presupuesto para casi todas las federaciones, se insista en el cobro mensual a los atletas ya sea para sus entrenamientos o para sus diferentes participaciones competitivas. No es justo, ni correcto, porque la mayoría de deportistas no tienen poder adquisitivo y los de alta competencia no reciben sus estímulos económicos al día. Además, el presupuesto anual que el Gobierno destina para el deporte debe ser priorizado hacia los atletas y no para el aparato burocrático y otros gastos.
Otro detalle que no se mira bien es que, con el aval del INDES, algunas federaciones paguen generosos salarios a instructores extranjeros -que no producen atletas de alta competencia- y a los salvadoreños les pagan modestos sueldos por hacer igual o mayor
trabajo. La caridad empieza en casa y el INDES debería tomar cartas en el asunto para hacer justicia al sacrificio del nacional.
Y es que, fresco está el recuerdo de la Federación de Boxeo que durante tres años tuvo contratado a un entrenador cubano -que como todo isleño era la materia gris en el deporte olímpico y mundial- que con El Salvador nunca ganó nada (aparte de su sueldo). Al contrario, vino a correr a varios prospectos que bajo la dirección de “Chuvalo” Cubías y “El Payaso” Navidad hubiesen hecho algo ¿Y los del atletismo? ¡Ni hablar!, tampoco producen atletas mayores de jerarquía.
En resumen, los escenarios deportivos estatales no deben ser arrendados con fines comerciales y no debe cobrarse a los atletas por hacer deporte, para eso hay un presupuesto gubernamental.
Además, se debe pagar al día los estímulos económicos estatales y, tanto las federaciones como el INDES (hay antecedentes), deben ser justos a la hora de los honorarios para los entrenadores salvadoreños.
*Los conceptos vertidos en esta columna son de exclusiva responsabilidad de quien los presenta.