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@pmeza1
Susana Barrera
Sillas colocadas en medio de los árboles, ask un cocodrilo verde sonriendo a los visitantes, find un caballito negro colgado de un árbol, macetas, espejos y unos enormes tucanes, guacamayas, péricos entre otros son ahora las artesanías elaboradas a base de lo que antes para muchos fue “una llanta vieja tirada por ahí”.
Hace dos años, nació la idea de un grupo de 10 empresas privadas que importaban y comercializaban llantas nuevas y usadas, de que era necesario darle un sentido diferente a este producto, donde el interés prioritario era mejorar el medio ambiente.
Fue así que surgió Re Tire que ya lleva cuatro promociones y 50 artesanos graduados, entre las edades de los 14 y 74 años.
El vicepresidente de Re Tire, Carlos Estefano García, se da por satisfecho con la obra que están realizando, pero dice que aún falta hacer otros proyectos. Para los artesanos esto se ha convertido en un modo de vida y cada persona que tiene la oportunidad de transformar las llantas, “viven el espíritu verde”.
Esto se pudo apreciar en la exposición montada este fin de semana en el parque Cuscatlán, donde al menos un centenar de artesanías de desechos de llanta fueron exhibidas y colocadas a la venta.
Esta fue la primera feria en la que se pretendía destacar las habilidades y la creatividad de personas que están comprometidas con el medio ambiente, dijeron los organizadores.
Cristian García, presidente de Re Tire, dice que se trata de enviar un mensaje de cambio de actitud respeto al desecho de la llanta, y a la vez generar ingresos para familias que han encontrado en este arte alternativas para diversificar sus economías.
“Esto es economía ambiental; cuánto ganamos versus cuánto perdemos o impactamos al medio ambiente si quemamos o hacemos uso indebido del desecho de llanta”, reflexiona García.
Uno de los objetivos de Re Tire es asumir la responsabilidad social y sensibilizar a la población de hacer uso correcto de este desecho para minimizar impactos negativos en el entorno. Y, además, por ahora es la única entidad conocida, que en el marco de la ley y la política ambiental se hace responsable de manera sostenible del desecho de la llanta.
Los artesanos graduados han tenido la oportunidad de fortalecer sus capacidades creativas y sensibilización con la ecología, pero además se han llevado juegos lúdicos a escuelas y construidos unos doscientos metros de muros de contención.
A juicio del empresario, esto no es suficiente y la proyección es llegar a apoyar en la gestión del riesgo donde se necesite, mejorar la calidad de las artesanías hasta llegar a la exportación y acompañar la actividad lúdica de la población escolar.
En la feria que se organizó en cooperación con la Universidad Tecnológica se dieron demostraciones de cómo se hacen estas obras de arte, hubo juegos para niños/as y se dará información de los cursos de artesanías, que inician los primeros sábados de cada mes, a un costo de 10 dólares el taller, donde se les proporcionan materiales y pintura. Las artesanías en sus variedades van desde los $10 dólares.
Por ahora, las llantas sirven para adornar los jardínes con cisnes, ranas, guacamayas, también con bancos, mesas y sillones, columpios entre otros; sin embargo, aún falta que esta conciencia se extienda y que las personas se pongan las mano en la conciencia de que las acciones de hoy las disfrutarán los hijos y nietos. “Hay que tomar acción”, señaló García.
