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Gloria Silvia Orellana
@GloriaCoLatino
“Levantamos nuestra voz, para pedir al señor presidente de la República (Nayib Bukele), que interponga sus buenos oficios para que el gobierno que preside no permita esa grave injusticia de quitarle el agua a las comunidades”, expresó el arzobispo de San Salvador, monseñor José Luis Escobar Alas, al señalar que la población de Quezaltepeque, Nejapa, Apopa, Mariona y Mejicanos, se encuentran amenazadas por el proyecto de construcción de la “Ciudad Valle de El Ángel”.
El prelado católico señaló que ante la amenaza al recurso hídrico y el grave daño al ecosistema de esta zona que se constituye en un importante reservorio hídrico, que abastece del vital líquido a áreas populosas de San Salvador, se unían a la resistencia que diversas organizaciones ambientalistas y parroquias mantienen, por las 508 manzanas que ocuparía el proyecto urbanístico, que incluye edificios, hoteles y centros comerciales.
“Pedimos también a la Asamblea Legislativa que tome las medidas pertinentes respecto al convenio pactado por ANDA y los dueños del mencionado proyecto, que fue firmado el 9 de febrero de 2016, por ser un convenio injusto por negociar con el agua de los pobres, e ilegal porque se trata de una concesión del Estado que exige la aprobación de la Asamblea Legislativa (art.120 Constitución), y ANDA hizo esa concesión sin la aprobación legislativa, por lo que pedimos que se declare ese territorio como zona protegida, en razón del bien común”, agregó.
Sobre los despidos colectivos para este fin de año, el jerarca católico afirmó desconocer el caso, pero pidió el respeto a los derechos laborales de los trabajadores de gobierno y la empresa privada, así como el derecho a una pensión digna.
“Tenemos que avanzar más, porque por ahora es lentamente en los intereses de los trabajadores y uno sin duda, es la estabilidad laboral. Y tenemos pendiente lo del sistema previsional (AFP), que es una lástima que no se resuelva todavía, el punto que es un sistema nefasto a todas luces, y no solo lo digo yo, lo dice todo el mundo, que incluso es perverso, que todos ganan (dueños de las AFP) pero los trabajadores pierden sus ahorros y están condenados a vivir en la miseria después de haber trabajado siempre y dieron su vida en el trabajo. Supe de una maestra anciana que su pensión es de 100 dólares, y eso es triste”, expresó.
En cuanto a la aprobación del Presupuesto General de la Nación, el pasado 13 de diciembre, monseñor Escobar Alas felicitó a los diputados y diputadas de la Asamblea Legislativa, por buscar acuerdos y preparar en tiempo el financiamiento de programas, proyectos e inversión del gobierno del presidente Nayib Bukele, por el rango de 6,426,110,500 dólares, antes de culminar el año.
“Que bien que se logró aprobar a tiempo, y lo digo no por el bien de unos pocos, sino por el de todos y de eso depende que haya fondos para pagar a tiempo a trabajadores del Estado, y que los proyectos se puedan echar a andar en tiempo”, sin embargo, al cuestionarle que hubo un “acuerdo político”, que dispensa de los impuestos a los deudores al fisco, incluso los que tienen procesos en la Fiscalía General de la República, señaló que no conocía el detalle, pero lamentó que se den este tipo convenios y pidió revertirlo.
“Si los señores diputados lo aprobaron (acuerdo de condonación de impuestos) también pueden desaprobarlo, no sabía ese detalle y si las cosas son así, es triste; porque en un sistema tributario justo deben ser las personas que más tienen, las que paguen más. Es como el IVA, un impuesto indirecto que termina pagando el más pobre y este es uno de los países con el IVA más injusto, porque lo tiene en todos los productos sin ninguna excepción y no puede ser. Deberíamos tener productos exentos de IVA, como las medicinas, los productos básicos y los barcos o carros de lujo, deberían tener grandes impuestos, porque así es en países democráticos”, reafirmó. En su último mensaje deseó a la población salvadoreña, vivir una Feliz Navidad al afirmar que es un tiempo de reflexión en el “misterio del Dios”, que viene a todos y todas, en la figura de del Niño Jesús, que consideró un tiempo de gracia y bendición para la familia salvadoreña.
