Damasco/AFP
El presidente sirio Bashar al Asad afirmó que Rusia, su aliado, «nunca» habló con él de su salida del poder, antes de las reuniones del secretario de Estado estadounidense en Moscú para tratar de resucitar el proceso de paz.
Rusos y estadounidenses multiplicaron en los últimos meses los esfuerzos para reactivar las negociaciones entre el gobierno sirio y los grupos rebeldes con el objetivo de encontrar una salida -a través de una transición política- al conflicto que provocó una grave crisis humanitaria.
Pero los avances diplomáticos fueron tan escasos que el proceso de transición no debería empezar a principios de agosto, como prevé la hoja de ruta adoptada el año pasado por las Naciones Unidas.
El futuro de Asad sigue siendo el principal obstáculo en todas las rondas de negociaciones celebradas hasta ahora bajo los auspicios de la ONU en Ginebra.
Interrogado por la cadena estadounidense NBC News sobre si su homólogo ruso Vladimir Putin o el ministro de Relaciones Exteriores Serguei Lavrov abordaron con él esta transición que podría conducir a su salida del poder, Asad fue categórico: «Nunca, porque (…) este asunto compete al pueblo sirio».
«Sólo el pueblo sirio puede decir quién es su presidente, cuándo llega y cuándo se va. Ellos [los rusos] nunca dijeron una sola palabra sobre esto», insistió en esta entrevista realizada en Damasco y publicada el jueves.
Estas declaraciones de Asad, cuyo clan dirige Siria desde hace más de medio siglo, precedieron la llegada a la capital rusa de Kerry, que debe reunirse con Putin y con Lavrov.
Camino de Moscú, el jefe de la diplomacia norteamericana no desmintió una información del Washington Post según el cual Estados Unidos propondrá a Rusia una cooperación militar en Siria contra los grupos yihadistas Estado Islámico (EI) y Frente al Nusra (facción local de Al Qaida).
En la capital rusa, el portavoz del Kremlin no quiso comentar pero subrayó que Putin «considera que la lucha contra el terrorismo en Siria y en los Estados vecinos no se puede llevar a cabo más que de manera conjunta».
12 muertos en Alepo
Actualmente los rusos ayudan a las fuerzas del gobierno contra varios grupos rebeldes, entre ellos Al Nusra, mientras que la coalición internacional liderada por los estadounidenses concentra sus esfuerzos en el EI.
Rusia afirmó sin embargo que en los dos últimos días atacó más de 50 «blancos» del EI cerca de Palmira (centro), una ciudad de la que los yihadistas fueron expulsados en marzo.
Según el Observatorio Sirio de los Derechos Humanos (OSDH), al menos12 civiles murieron el jueves en ataques aéreos del gobierno o de Rusia en dos barrios rebeldes de la ciudad siria de Alepo (norte).
En la entrevista, Asad aseguró que no estaba preocupado por que estadounidenses y rusos llegaran a un «acuerdo» sobre su salida del poder.
«La política de los rusos, no está basada en acuerdos sino en valores», dijo.
‘Responsable’ de su propia muerte
Asad sostuvo también que la periodista estadounidense Marie Colvin, muerta en un bombardeo atribuido al gobierno sirio en 2012 en Homs (centro), era «responsable» de su propia muerte.
«Entró ilegalmente en Siria, trabajó con los terroristas (…) Es por tanto responsable de todo lo que pasó», consideró el presidente sirio, utilizando el calificativo que el gobierno aplica a los rebeldes.
En el terreno, el complejo conflicto sirio involucra a múltiples actores rivales -locales, regionales e internacionales- en un contexto de auge de los grupos yihadistas Estado Islámico (EI) y Al Nosra (facción siria de Al Qaida), que escapan a cualquier control.
El EI confirmó a última hora del miércoles la muerte en Irak de Omar al Shishani, conocido como «Omar el checheno», uno de sus comandantes más destacados.
Éste, reconocible por su poblada barba pelirroja, estaba en el punto de mira de la administración estadounidense que lo presentaba como un «jefe de guerra experimentado» que ocupaba un cargo equivalente al de «ministro de Defensa» del EI. Washington ofrecía una recompensa de cinco millones de dólares por su cabeza.