Por Paula Bustamante
Asunción/AFP
La lucha contra la pobreza se impone en la agenda de la Asamblea General de la Organización de Estados Americanos (OEA) que empieza este martes en Paraguay, país donde al igual que en el resto de Latinoamérica, sus riquezas impulsaron el crecimiento pero aún reina la desigualdad.
«América es un lugar más rico, América es un lugar con menos pobres, América Latina sigue siendo un lugar injusto», recalcó el lunes el secretario general de la OEA, José Miguel Insulza, antes de la reunión de tres días que se inaugura el martes en la noche en Asunción.
La región vivió una década de crecimiento acelerado gracias al alza de los precios de las materias primas y millones de personas superaron el umbral de la pobreza para instalarse en la clase media.
Sin embargo, el número de latinoamericanos pobres hasta el año pasado ascendía a unos 164 millones de personas (27,9% de la población), de los cuales 68 millones se encuentran en la extrema pobreza o indigencia (11,5 % de los habitantes de la región), según un informe de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe ( CEPAL).
Según Insulza, el crecimiento que experimentó América Latina en los últimos años logró reducir la pobreza en 60%, dijo en un foro con representantes de más de 500 organizaciones de la sociedad civil de la región.
«Pese a estos avances, no hemos logrado reducir el problema de la desigualdad. Todavía quedan muchas personas en condiciones de vulnerabilidad, porque si bien han logrado superar el umbral de indigencia, cualquier crisis puede volver a situarlos por debajo».
Precisamente Paraguay, sede de la OEA estos días, ilustra la desigualdad regional, donde organismos internacionales estiman que 35% de los casi 7 millones de habitantes son pobres.
El vertiginoso crecimiento del PIB paraguayo, que se situó en 13,6% en 2013 gracias al ‘boom’ de la soja, ha dejado en Asunción marcas de riqueza, con proliferación de mansiones, construcción de edificios exclusivos, concesionarios de autos de lujo y tiendas de marcas internacionales que conviven a metros de barrios de trabajadores que sobreviven con menos del salario mínimo de 409 dólares mensuales.
Según la OEA la declaración de esta asamblea cuenta con el consenso de los países que integran este organismo y que trajo a Asunción 28 cancilleres de las 35 naciones miembro.
Al margen de la pobreza
La exclusión que sufren las minorías, entre ellas la comunidad homosexual en la región, también han figurado entre las dominantes de las reuniones previas de la OEA.
Insulza afirmó el lunes que «la desigualdad no depende solamente del ingreso monetario, también está relacionada con el género, la raza, la clase social, y también tiene que ver con la edad, porque los jóvenes sin trabajo son muchos más que los adultos sin trabajo», indicó.
El debate sobre los derechos a los homosexuales terminó en una acalorada discusión con los grupos defensores de los derechos de esta comunidad que critican la falta de protección de esas personas en la región.
En las afueras de la sede de la Conmebol, donde se desarrollan las reuniones y la Asamblea, una decena de católicos y evangélicos manifestaron contra el matrimonio gay.
Este debate motivó protestas en Asunción el fin de semana luego de que Paraguay decidiera no apoyar una declaración impulsada por Brasil en la OEA, con el apoyo de Argentina, Colombia, Estados Unidos y Uruguay, para condenar los actos de violencia contra los homosexuales y exhortar a los Estados a tomar medidas contra la discriminación.
Venezuela es otro tema que posiblemente se cuele en las discusiones de la Asamblea.
Al ser consultado sobre el diálogo entre la oposición y el gobierno de Nicolás Maduro, Insulza expresó su apoyo a las gestiones que están realizando los cancilleres de la UNASUR.
«Para llegar a una solución, tanto el gobierno como la oposición tienen que ceder en algo sus posiciones y mostrarse flexibles», apuntó.
Es posible que los cancilleres del bloque Mercosur se reúnan para fijar la fecha de una cumbre de presidentes que se ha retrasado por la crisis política que vive Venezuela desde hace cinco meses.