Yanuario Gómez
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Como un reconocimiento a su esfuerzo y dedicación en el proceso de beatificación de Monseñor Oscar Arnulfo Romero, la Asamblea Legislativa entregó la distinción honorífica de Noble Amigo de El Salvador a monseñor Vincenzo Paglia, presidente del Pontificio Consejo para la Familia.
Monseñor Paglia trabajó con empeño en la postulación, investigación, preparación de documentación y en los requerimientos indispensables para obtener la aprobación para la beatificación por la Vía del Martirio de Monseñor Romero, arzobispo de San Salvador durante los años de 1977 a 1980.
Sobre la labor de monseñor Paglia, Norman Quijano, presidente de la Asamblea Legislativa destacó que: “su mayor argumentación para la defensa de la causa de Monseñor Romero la resumió en que su apostolado, amando a Dios y sirviendo a los hermanos, se convirtió en la imagen de Cristo, buen pastor”.
Quijano indicó que la distinción honorífica entregada a Paglia es una “muestra de la imperecedera gratitud y amistad del pueblo salvadoreño hacia su persona y sus múltiples méritos personales y eclesiásticos traducidos en su fe cristiana”.
El ahora Noble Amigo de El Salvador ha recibido diferentes reconocimientos y ha desempeñado un importante papel de diálogo entre el Vaticano y la Iglesia Ortodoxa Romana y Rusa; asimismo, por su compromiso con la paz recibió la medalla Gandhi de la UNESCO y el premio Madre Teresa del Gobierno Albanés.
Días atrás, durante la sesión plenaria ordinaria en la Asamblea Legislativa, los diputados rindieron un homenaje post mortem a José Gustavo Guerrero, al entregar a sus familiares la condecoración Orden al Mérito 5 de Noviembre de 1811, Próceres de la Independencia Patria.
Guerrero fue un célebre jurista, diplomático y juez, cuya trayectoria coronó, en 1920, como presidente de la Sociedad de las Naciones Unidas, institución antecesora de la actual Organización de Naciones Unidas, y presidir la Corte Permanente de Justicia Internacional en La Haya, Holanda de 1931 a 1945. Además de ser nominado al Premio Nobel de la Paz en 1948.
Ante ello, los parlamentarios coincidieron en que el homenajeado representa al más alto nivel la rica tradición judicial de América Latina, elevando así el prestigio de El Salvador ante el mundo. “Es un honor participar en esta ceremonia en memoria de un eminente ciudadano salvadoreño jurista, diplomático y juez internacional, el doctor José Gustavo Guerrero, hombre consagrado incansablemente al servicio de la justicia. Su legado nos convoca y nos interpela porque tiene hoy plena vigencia”, destacó Norman Quijano, presidente del primer órgano de Estado.
Por su parte, Milton Garay, diputado del FMLN, destacó el legado de Guerrero como fundador de la escuela de diplomacia, también afirmó que el jurista fue un hombre destacado a nivel internacional y símbolo de la justicia por la lucha de la no intervención de los pueblos en conflictos internos.
La distinción fue recibida por la familia de José Gustavo Guerrero quienes agradecieron la deferencia de la Asamblea Legislativa para con su más ilustre miembro.