Ciudad de Guatemala/AFP
Las 40 niñas que murieron en un incendio en un hogar de menores en Guatemala fueron víctimas de asfixia, quemaduras o intoxicación con gases, según el resultado de las autopsias reveladas este viernes por el Instituto Nacional de Ciencias Forenses (Inacif).
El informe dado a conocer el rueda de prensa detalló que 20 fallecieron por asfixia por sofocación, 17 por quemaduras térmicas, dos por «sepsis (infección) generalizada» y una por intoxicación por exposición de gases.
El director de Inacif, Jorge Cabrera, aclaró que el lunes esperan finalizar las pruebas de toxicología relacionadas con las víctimas del Hogar Seguro Virgen de la Asunción, ubicado 10 km al este de la capital. Las víctimas tenían entre 13 y 17 años.
El siniestro se registró el 8 de marzo después de que una noche antes las internas protestaran por malos tratos y pésima alimentación. Según la investigación, las niñas fueron encerradas con llave y no pudieron salir con el incendio.
Hasta este viernes fueron sepultadas 39 menores, mientras que el cuerpo de la última sigue en la morgue sin identificar por la gravedad de las quemaduras.
Una víctima de 15 años fue sepultada este viernes en el cementerio general de la capital, en medio de muestras de pesar de su familia.
«Cuando se la llevaron (al refugio) dijeron que estaría en un lugar seguro para transformarla en una persona de bien, y me la devolvieron muerta», lamentó entre llanto la madre de la menor, Anastasia Martínez.
El presidente Jimmy Morales destituyó el lunes a la cúpula de la Secretaría de Bienestar Social (SBS), responsable del centro, y confirmó que las menores se encontraban en una habitación bajo llave cuando se desató el fuego.
Tres altos funcionarios de la SBS fueron arrestados por el caso, entre ellos el exsecretario Carlos Rodas, y varios activistas han señalado como responsable al gobierno de Morales debido a las numerosas denuncias de abusos que pesaban sobre el refugio, incluso la de la existencia de una posible red de prostitución de menores.
Dieciocho adolescentes siguen hospitalizadas, la mitad de ellas internadas en centros especializados para quemaduras en Estados Unidos.