Pekín / AFP
Laurent Thomet
Varios países de Asia reforzaron el martes los controles ante la propagación del nuevo virus de la familia del SRAS que ya ha causado seis muertos en China y hace temer una crisis sanitaria mundial.
De Bangkok a Hong Kong, pasando por Singapur o Sídney, las autoridades proceden a controles sistemáticos a la llegada de vuelos procedentes de las zonas de riesgo, después de que Pekín confirmó que el coronavirus se contagia entre humanos.
China anunció 77 nuevos casos, con lo que son cerca de 300 las personas que han contraído el virus, que ha causado otros tres fallecimientos en Wuhan, donde fue detectado el patógeno en el centro de China y que ya se ha extendido por Japón, Corea del Sur y Tailandia. Un caso fue anunciado el martes en Taiwán, otro en Estados Unidos y francia.
Unos 922 pacientes estaban en observación en los hospitales chinos, según las autoridades sanitarias. Wang Guangfa, uno de los médicos de la Comisión Nacional de la Salud china que investigaba sobre la epidemia, anunció el martes en una televisión en Hong Kong que ha contraído la enfermedad.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) se reunirá el miércoles para determinar si es necesario declarar «emergencia de salud pública de alcance internacional».
Las autoridades tailandesas colocaron en los aeropuertos de Bangkok, Chiang Mai, Phuket y Krabi, sensores térmicos para detectar pasajeros con fiebre procedentes de zonas chinas de riesgo.
En un comunicado, el ministro tailandés de Salud, Anutin Charnvirakul, anunció que estos pasajeros son controlados «sin excepción» y colocados en observación en cuarentena durante 24 horas si presentan temperatura corporal anormal.
También se reforzó la vigilancia sanitaria en los aeropuertos de Australia, Bangladés, Nepal, Singapur, Malasia, Vietnam, India y Estados Unidos.
– Alerta máxima –
Tailandia recibe un cuarto de los vuelos internacionales procedentes de Wuhan, una ciudad de 11 millones de habitantes donde se detectó la enfermedad por primera vez en diciembre en un mercado.
Con ocasión del Nuevo Año chino, que se inicia este fin de semana, unos 1.300 viajeros realizarán este trayecto diariamente y el reino quiere evitar todo riesgo de epidemia en plena temporada alta turística.
En Hong Kong, las autoridades también están en «alerta máxima» ya que está todavía está muy presente la epidemia del SRAS (Síndrome Respiratorio Agudo Severo) que dejó varios centenares de muertos en 2002-2003.
«Estamos preparados para lo peor. No hemos bajado la guardia», dijo el número dos del ejecutivo hongkonés.
El aeropuerto de la ciudad, uno de los más frecuentados del mundo, procede ya en tiempos normales al control térmico de todos los pasajeros. Los que llegan de Wuhan deben rellenar un formulario y se exponen hasta 6 meses de cárcel en caso de que mientan.
Las enormes fronteras terrestres de China son también objeto de controles minuciosos.
En Vietnam, el ministerio de Salud proclamó «riesgo de infección alto» y ordenó que se refuercen los controles en la frontera norte, intenso lugar de paso entre los dos países.
Se piensa que la cepa es un nuevo tipo de coronavirus, una familia que cuenta con una amplia gama de virus que pueden provocar enfermedades benignas en el hombre como el catarro, pero otras más graves como el SRAS.
– Aislamiento, cuarentena –
Zhong Nanshan, renombrado científico de la Comisión Nacional de Salud china, anunció el lunes que la transmisión puede ocurrir por contagio entre humanos. Era la primera vez que se reconocía públicamente.
La OMS estima, por su parte, la «fuente primera más plausible» de contagio pueden ser los animales y que se «transmite entre humanos por contacto estrecho».
Según la OMS, el SRAS dejó en 2002-2003 un total de 8.096 casos, de los que 774 murieron en todo el mundo de ellos 349 en China continental y 299 en Hong Kong.
La organización internacional criticó entonces a las autoridades chinas por haber demorado en dar la alerta y tratar de disimular la amplitud de la epidemia.
En pleno trasiego en los transportes antes del Nuevo Año chino, que se celebra el sábado, que hace temer una aceleración de la propagación, el presidente Xi Jingping instó el lunes a controlar la epidemia.
Las consignas no tardaron en ponerse en marcha.
Pekín anunció el martes que eleva la epidemia a la misma categoría que el SRAS. El aislamiento se convierte así en obligatorio para las personas a las que se les haya diagnosticado la enfermedad. No se descarta que se decreten medidas de cuarentena.