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@AlmaCoLatino
Muchos agricultores de El Salvador consideran la necesidad de mantener el suministro local de semillas, sales cialis ya que éstas no contienen productos químicos y son más resistente a la sequía.
Como en muchas áreas del mundo, uno de los objetivos siniestros de las empresas que se dedican a la venta de productos transgénicos es forzar a los agricultores a comprar semillas de la compañía todos los años, a precios muy inflados. Estas semillas también dependen de los fertilizantes industriales tóxicos.
Juan Luna Vides, director de la producción diversificada de la Asociación Mangle, destacó a Diario Co Latino las bondades de las semillas locales, las cuales se han adaptado a las condiciones específicas de la región, incluso, crecen bien en suelos secos, a diferencia de las semillas de Monsanto que no lo hacen.
– Desde cuándo está en este esfuerzo de producción de semilla?
Como productores de semilla, específicamente Asociación Mangle fue convocada por el Ministerio de Agricultura y Ganadería
– Dónde queda la Asociación Mangle?
En Jiquilisco, departamento de Usulután. Es una organización no gubernamental que se creó para apoyar un movimiento social de base para la conservación del medio ambiente en El Salvador.
Así como apoyar y acompañar al MAG en este nuevo quinquenio, a fin contribuir con el trabajo, en la búsqueda de la soberanía alimentaria e incrementar las cosechas record obtenidas en los últimos años.
-Qué extensión de terreno tiene?
En termino de producción es mínimo, pero las cooperativas de la reforma agraria conforma una buena parte del gremio de productores de semilla nacionales.
-Además de ustedes, hay otros productores de semilla?
Sí, realmente el abastecimiento de semilla en el país anteriormente era un monopolio controlado por cinco empresas, entre esas estaba a Cristiani Burkard, quien concentraba el 39% del mercado, seguido de LAFISE con el 26%; PROSELAS el 15%, y El Surco 7%. Únicamente eran 11 proveedores, y no había ninguna empresa cooperativa.
A partir del año 2011 el gobierno implementó una normativa que permitió abrir las oportunidades de competir en el mecanismo de licitación de compras de semilla a los pequeños productores y cooperativas que producen semilla de maíz blanco y de frijol, los cuales habían estado excluidos de este proceso y de un mercado de semilla concentrado por un grupo reducido de proveedores, principalmente a importadores.
En ese año se dieron dos decretos transitorios que generaron ese espacio a productores, asociaciones y cooperativas que no tenían ninguna apertura, de participación, pues antes se carecía de esa experiencia técnica.
– Cuándo se dieron esos decretos?
El 22 noviembre de 2012 se aprobó el primer decreto transitorio titulado “Disposiciones especiales transitorias de fomento a la producción de semilla certificada de maíz y semilla de frijol” , y el 28 de enero de 2014 se aprobó el segundo decreto transitorio “Disposiciones Especiales y Transitorias para el Fomento de la Producción de Granos Básicos” .
Estas normativas han permitido a los productores de semillas, quienes producen semilla de calidad a buen precio, tener acceso al mercado de compras gubernamentales. Con la entrada de ambos decretos se logró ampliar el número de proveedores lo que ha permitido una mayor competencia en el mercado.
El Estado salvadoreño, con la aprobación de los decretos transitorios cumplió con su papel de brindar apoyo a los sectores más vulnerables y pobres para mejorar sus capacidades técnicas, empresariales y de calidad.
– Esa semilla especializada ustedes la crean o se la otorgan?
Nosotros obtenemos el material genético a partir del Centro Nacional de Tecnología Agropecuaria y Forestal (CENTA), el cual es producto de un cruce triple que da como resultado H59, es un material que responde a toda las condiciones climáticas del país.
Por eso se le denomina un material altamente tropicalizado, cosa que nunca va a tener otros materiales que vienen de fuera. Cuando ellos sustentan que tienen altos rendimientos por unidad de área productiva, mencionan que pueden producir hasta 150 quintales de maíz por manzana, al venir al país, los rendimientos son inferiores a los materiales nacionales.
– Qué variedades producen ustedes?
Son dos variedades, Santa Rosa y Pasaquina, estas no son producto de ningún cruce, sino son las variedades criollas, junto al H59 son materiales de calidad, reúnen las condiciones necesarias que exigen la Dirección de Salud Vegetal, que es el ente encargad al interior del MAG de la normativa de calidad.
– Qué es lo que regula en cuanto a calidad?
En término de obtención y de ver el producto final en cuanto a pureza, el material genético, que no sea transgénico, que si responda al material que se está ofertando; la germinación de la semilla.
En 2011, con el Plan de Agricultura Familiar (PAF), se estableció un giro en la política agrícola; su cambio de dirección reconoció el potencial de la agricultura familiar como dinamizador de la economía local, reducir los niveles de pobreza y fortalecer la seguridad y soberanía alimentaria de los pueblos.
Esta medida dio como resultado que en el 2013 y 2014 la participación de los productores nacionales ofreciendo variedades de semilla de calidad, competitiva y adaptable a microclimas con propensión a sequías, creciera sustancialmente, permitiendo al gobierno ampliar el número de beneficiarios del programa de paquetes agrícolas sin subir su presupuesto.
Eso, a su vez, ha tenido una gran importancia de cara a contribuir a la seguridad alimentaria y la reactivación agro-productiva en El Salvador.
– De cuánto es el crecimiento del material de ustedes?
Se ha tenido rendimientos de 70 a 80 quintales por manzana de terreno, si se compara en el período de 2004 a 2009 el rendimiento de producción era de 45 quintales por manzana.
El rendimiento general de 2010 a 2014 es arriba del 46 quintales por manzana, es decir, que el material utilizado tiene mejores características, mejor calidad, se ha logrado una cosecha récord sin usar semillas genéticamente modificadas, de 22.5 millones de quintales producida por la población.
La mayor parte de productores corresponden a unidades productivas familiares, de los 395 mil agricultores, 393 corresponde a unidades familiares, es decir que el 99%.
– Qué porcentaje de la semilla es producida por ustedes?
En el 2013, el 93% de la semilla se compró a productores nacionales, y únicamente el 7% se obtuvo de la compra a importadores. Para 2014, el 100% de las compras de semilla se realizaron a proveedores nacionales, incluyendo empresas y cooperativas. De este total, el 21% de las compras fueron a cooperativas y el 79% a empresas.
– Esa semilla es comprada directamente por el gobierno, o hay algún procedimiento de venta a particulares?
La mayor parte de la semilla es comprada por el MAG para los paquetes agrícolas, de las variedades Santa Rosa y Pasaquina, antes no había posibilidad de ofertar este tipo de semilla, únicamente la semilla híbrida.
Si las compras se realizan en su mayoría a empresas nacionales, las cooperativas están aumentando sus niveles de oferta y están ganando mayor porcentaje en el mercado de semillas, esto debido a que están incrementando sus niveles de competitividad vía precios y calidad de la semilla.
En el caso de semillas criollas diferentes organizaciones en todo el país demandan, porque se adapta a las condiciones climáticas.
-Las semillas producidas por ustedes, se pueden llamar criollas?
Las variedades sí, es decir, el CENTA Pasaquina y CENTA Santa Rosa, sin embargo el H59 es un híbrido. Esa es la principal diferencia entre un organismo genéticamente modificado y un híbrido, que es un producto de cruce en procesos de campo que se pueden mejorar.
– El H59 es un ejemplo de biotecnología?
Es una biotecnología genética. Este genera vida, no muerte, en el caso de los transgénicos son organismo manipulados, en la medida que hay manipulación y posibles afectaciones a la salud humana, ya no entran en el concepto de bio.
– La producción de semilla es del 100%?
Sí, ya se produce el 100% de semilla nacional que demanda el principal comprador que es el MAG, sin embargo, tienen la capacidad de producir el volumen de semilla que el país en un momento determinado requiera para exportar a cualquier país de Latinoamérica.
Además, los agricultores también pueden guardar y reutilizar las semillas sin tener que preocuparse por una posible infracción de patentes, ni tienen que volver a comprar semillas cada temporada, ya que gran parte de la semilla transgénica de Monsanto, están creadas genéticamente para autodestruirse después de sólo una temporada, con el fin de obligar a los agricultores a comprarlas de nuevo.
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