Quito / AFP
El asilo otorgado por Ecuador a Julian Assange está bajo la lupa del gobierno. Después de que WikiLeaks alertó sobre la inminente expulsión de su fundador de la embajada ecuatoriana en Londres, Quito reconoció que su caso entró en revisión.
Asilado desde 2012 en condiciones difíciles, Assange encara una posible anulación de la medida de protección. Hay dos opciones: «continuar el asilo o revisar la situación», dijo el canciller José Valencia.
¿Cómo llegó Assange a convertirse en un asilado problema? Aquí algunas respuestas:
– ¿Por qué está asilado? –
Assange se refugió en la embajada ecuatoriana de Londres a mediados de 2012 y pidió protección. Después de dos meses de encierro, el entonces presidente Rafael Correa (2007-2017) le concedió asilo diplomático en agosto de ese año.
En la época, Assange enfrentaba una orden de prisión europea. Suecia lo reclamaba por acusaciones – que no prosperaron – por presuntos delitos sexuales.
El experto informático sostiene que todo se trataba de un plan de Estados Unidos para someterlo a su jurisdicción y hacerle pagar con la pena de muerte la filtración de miles de secretos oficiales a través de su portal WikiLeaks. Quito acogió ese argumento.
Sin embargo, Londres rehúsa entregarle un salvoconducto y la justicia británica pide su captura por violar las condiciones de libertad condicional en la causa abierta en Suecia.
– ¿Por qué la molestia de Ecuador? –
Con la llegada de Lenín Moreno al poder cambió el tratamiento a Assange. El exaliado de Correa, que ha revisado prácticamente todas las políticas de su antecesor, incluida la de abierta crítica a Estados Unidos, lo acusa de inmiscuirse en asuntos internos de Ecuador.
Assange también es cuestionado por tratar de influir en las elecciones estadounidenses de 2016 y en el proceso independentista catalán en 2017.
Moreno, que llegó a considerar a Assange como una «piedra en el zapato» de la diplomacia ecuatoriana, cortó temporalmente sus telecomunicaciones en 2018. También Correa había restringido por un tiempo su acceso a Internet, molesto por las interferencias del australiano.
Pero lo que podría costarle su permanencia en la embajada es la sospecha del gobierno de que WikiLeaks pirateó las comunicaciones de Moreno y las de su familia para filtrar fotos, videos y conversaciones privadas, que le han dado munición a los opositores.
Assange se ha querido mantener como un «actor de opinión mundial», incumpliendo el «código mínimo que un asilado debe tener: no opinar o estar dentro de cualquier tipo de proceso político», manifestó a la AFP Katalina Barreiro, del Instituto de Altos Estudios Nacionales de Quito.
– ¿Qué estatus legal tiene Assange? –
Assange no solo es un asilado. En 2017 se convirtió en ciudadano ecuatoriano y el gobierno de Moreno llegó a nombrarlo consejero en la embajada en Moscú para que pudiera salir del Reino Unido amparado en la inmunidad diplomática.
Londres nunca reconoció esa designación, por lo que Quito anuló el nombramiento.
Ahora Ecuador, de manera discrecional, «puede revocarle el asilo tal como lo otorga», dijo a la AFP el constitucionalista Rafael Oyarte.
En octubre de 2018 Quito le impuso a Assange un protocolo de comportamiento que regula desde sus visitas hasta sus comunicaciones, pasando por normas de higiene dentro de la embajada.
Su incumplimiento es causal para la «terminación del asilo», según el compromiso suscrito por las partes.
También Quito tiene la potestad de quitarle la nacionalidad o el fundador de WikiLeaks de renunciar expresamente a ella.
Pero si apenas le retira el asilo, en teoría el Estado tiene la obligación de protegerlo ante las eventuales pretensiones de otros países de someterlo a cadena perpetua o condenarlo a muerte, castigos que no están reconocidos por la ley ecuatoriana.
«Si alguien violara sus derechos, el Ecuador tendría el deber de pedir que se suspenda esa violación», precisó a la AFP el excanciller José Ayala Lasso.
– ¿Qué sigue si le retiran el asilo? –
Assange deberá abandonar la embajada, incluso si continúa siendo ecuatoriano a menos que demuestre que requiere protección y el país así lo entienda.
«Ecuador podría decirle: señor, usted ha dejado de ser una persona a la que Ecuador concede asilo. Sírvase salir de la embajada», anotó Ayala Lasso.
El abogado internacionalista Mauricio Gándara sostuvo que, en ese caso, Quito podría darle un plazo al australiano para que salga voluntariamente.
«Se le dice en 24 horas usted sale. Si a las 24 horas no ha salido, la embajada le pide a la policía británica que entre y se lo lleve», agregó el también exembajador en Londres.
Una vez fuera de la embajada ecuatoriana en Londres, Assange será detenido en virtud de que por ahora afronta la orden de detención por violar las condiciones de su libertad condicional.
La condena «no rebasaría los seis meses», señaló el procurador general (abogado) del Estado ecuatoriano, Íñigo Salvador, añadiendo que el Reino Unido ha dado garantías de que «no sería deportado o extraditado a ningún otro país».