Londres/AFP
El fundador de WikiLeaks, treat Julian Assange, medical dijo este lunes que abandonará la embajada de Ecuador en Londres, pero el tono de su respuesta y las aclaraciones de su portavoz dan a entender que su salida no es inminente ni tiene fecha.
«Kristinn [Hrafnsson, portavoz de Assange] ha dicho que puede confirmar que me iré de la embajada pronto», declaró Assange riendo, en lo que se interpretó como una broma sobre el anuncio de varios medios, citando al portavoz, de que estaba a punto de salir por problemas de salud después de 26 meses de asilo.
La salida no se deberá a las razones «publicadas en la prensa», agregó Assange, que compareció ante los medios junto al ministro ecuatoriano de Relaciones Exteriores, Ricardo Patiño.
El australiano no quiso volver sobre sus palabras pese a la insistencia de los periodistas, pero Hrafnsson indicó tras la conferencia de prensa: «Lo que Julian ha querido decir es que se irá en cuanto el gobierno británico honre sus compromisos» con las leyes internacionales.
La prensa británica escribió este fin de semana, citando una fuente de WikiLeaks, que el australiano Assange padece arritmia cardíaca y problemas de pulmón, además de una presión sanguínea demasiado alta.
Hranfsson también respondió a estas informaciones afirmando: «A mí me pareció que [Assange] estaba muy bien».
Las especulaciones sobre su salida hicieron que decenas de fotógrafos y camarógrafos se agolparan ante la sede de la legación ecuatoriana, en el barrio de Knightsbridge, muy cerca de los famosos almacenes Harrods.
El funcionario ecuatoriano no habló de ninguna salida de Assange de la embajada, pero llamó a actuar a todos los gobiernos implicados en el caso, haciendo valer que dos años «es demasiado».
Patiño dijo que «esta situación debe terminar». «Han sido dos años perdidos para todos, de angustia e incertidumbre, y esta situación debe terminar. Es hora de liberar a Julian Assange», declaró.
Hasta que eso ocurra, prosiguió Patiño, el gobierno del presidente Rafael Correa se compromete a «mantener la condición de asilado político de Assange y a ofrecerle protección».
La situación, según Patiño, ha cambiado porque el Reino Unido introdujo cambios en la legislación que hacen más difícil extraditar a alguien que no ha sido acusado y porque hay un nuevo ministro de Relaciones Exteriores, Philip Hammond.
Suecia reclama a Assange para interrogarle por dos casos de presunta violación, pero sin haberlo imputado.
El australiano niega esas acusaciones y teme que, en caso de ser extraditado a Suecia, este país lo entregue a Estados Unidos, para responder por la publicación de cientos de miles de documentos secretos del ejército y el gobierno norteamericanos.
Londres: nada ha cambiado
Patiño dijo que está dispuesto a hablar con los gobiernos británico y sueco para encontrar una solución al caso del fundador de WikiLeaks, especializado en la divulgación de información confidencial.
El ministro hizo un llamamiento para que se organice una campaña internacional por la liberación de Assange.
Tan pronto como acabó la conferencia de prensa, el ministerio de Relaciones Exteriores británico se aprestó a eliminar dudas y repitió la que ha sido siempre su posición sobre Assange.
«Estamos tan comprometidos como siempre en hallar una solución diplomática a esta situación. Somos claros en que nuestras leyes deben acatarse y Assange tendría que ser extraditado a Suecia. Como siempre esperamos que Ecuador ayude a poner fin a esta situación difícil y costosa».
El fundador de WikiLeaks vive en la embajada ecuatoriana desde junio de 2012, y ha agotado todos los recursos jurídicos para evitar la ejecución de una orden de arresto emitida por Suecia.
A mediados de julio, un tribunal de Estocolmo mantuvo la orden de arresto contra Assange, echando un jarro de agua fría a las esperanzas de resolución de una saga judicial que dura ya cuatro años.