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Atacando con pobreza intelectual*

Edmundo Funtes

Respondiendo a un columnista que lamentablemente se está revelando como un pobre plumífero, probablemente a sueldo de esos mismos poderes fácticos, cuya supuesta omnipotencia busca endiosar como realidad aparentemente inamovible y ante la cual solo puede claudicarse con actitud de reverencia sumisa y servil, cumpliendo a la letra sus agendas (mediáticas).

A qué nos referimos: Medardo González, en entrevista de TCS había subrayado de manera tajante, que los 4 abogados de la Sala “se quieren ver y quieren que todos nosotros los veamos y los aceptemos como el poder de los poderes, eso no puede ser” y luego añade  “la instancia, la institución que tiene, precisamente debe de tener, debe ser la última instancia, es el soberano, es el pueblo”.

Parafraseado, esto significa que los 4 se jactan de un poder que ni por constitución ni en la realidad tienen. En ningún momento el Secretario General del FMLN dijo que la Sala es el poder en última instancia, sino que se comporta como si lo fuese, lo que caracteriza de manera  muy precisa el dilema del “abuso de poder institucional”.

Esta caracterización precisa y muy exacta del Secretario General del FMLN, el plumífero lo califica con adjetivos tan mezquinos que, además, revelan su pobreza argumentativa y aparentemente esconden algún resentimiento.

El articulista se merece el calificativo de plumífero, por estar realizando una cita, que, con una simple lectura exacta y literal, contradice toda su argumentación. Montada, además, en la injustificable costumbre tradicional de presentarla incompleta; es decir, sin su desenlace completo. Inexactitud intelectual imperdonable y reveladora, por lo tanto, de triste pobreza intelectual.

Todos los que observamos un poco la coyuntura política cotidiana en este país sabemos que la Sala de lo Constitucional es simple instrumento de los poderes fácticos, demostrado de manera cada vez más contundente con las 10 sentencias dirigidas en contra de la capacidad financiera del Estado.

Pero además, los mismos magistrados hace unos años se jactaron, en el marco de las polémicas alrededor de sus sentencias a última hora acerca de las leyes electorales, de que ellos lograron impulsar “una verdadera reforma política”, a pura sentencia, lo que el plumífero quiere vendernos como simple labor de “resolver las demandas de inconstitucionalidad de las leyes, decretos y reglamentos presentados por los ciudadanos, así como los procesos de amparo, habeas corpus y las controversias entre el Órgano Ejecutivo y el Órgano Legislativo”, (cita del plumífero).

Los calificativos mencionados revelan pobreza intelectual, falta de cultura de debate y flamante incapacidad de lectura literal de una simple cita.  ¿Será que ya se contagió del síndrome de “libertad de interpretación” que los 4 de la Sala han endiosado tanto para justificar su tergiversada aplicación de la Constitución, tan despegada del texto?.-

*Respuesta a Diario El Mundo > Editorial & Opinión > Opinión > El poder de los poderes. Roberto Cañas 7/09/2016.

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