Por Veronique Dupont
Los Angeles/AFP
Un ataque perpetrado el lunes en una clase de una escuela primaria de San Bernardino, a una hora al este de Los Angeles, provocó «cuatro víctimas», incluido probablemente el atacante, indicó la policía en Twitter.
El ataque fue cometido en una ciudad nuevamente enlutada por uno de los peores atentados en Estados Unidos después del 11 de septiembre.
«La información preliminar es de cuatro víctimas, que están siendo tratadas», dijo el jefe de policía de San Bernardino, Jarrod Burguan en Twitter.
Las autoridades creen que se trató de un intento de asesinato seguido de un intento de suicidio, según Burguan.
«Creemos que se trata de un asesinato-suicidio. Sucedió en un salón de clases», dijo el jefe policial.
La policía anunció después que dos adultos están entre los muertos por el ataque y que probablemente uno es un profesor.
El portavoz policial Mike Madden dijo más tarde en conferencia de prensa que una mujer había muerto y que un hombre se había suicidado.
Las otras víctimas son probablemente niños que están hospitalizados, precisó la policía, al sostenerse en que son cuatro las víctimas del ataque perpetrado en la escuela primaria North Park hacia las 10:30 de la mañana, hora local.
Los otros alumnos fueron trasladados «por precaución» a un liceo cercano, agregó el oficial.
Este incidente trajo a la memoria el atentado de inspiración islamista cometido el 2 de diciembre de 2015 en San Bernardino.
Explosión criminal
Entonces, una pareja fuertemente armada integrada por un estadounidense y su esposa paquistaní abrió fuego en una reunión de fin de año, organizada por personal de salud en un centro de discapacitados, en el corazón de esta ciudad californiana.
El ataque dejó 14 muertos y 21 heridos, lo que en ese momento lo convirtió en el atentado más mortífero tras el 11 de septiembre de 2001.
El grupo yihadista Estado Islámico no se adjudicó directamente el atentado, pero felicitó a los autores de la masacre y los calificó como «soldados» de su autoproclamado califato.
Después, el ataque en junio de 2016 en un club gay de Orlando, Florida, que dejó 49 muertos y 50 heridos se convirtió en el peor atentado -este sí reivindicado por el grupo EI- en Estados Unidos desde los ataques en Nueva York y el Pentágono.
En el caso del ataque cometido el lunes en San Bernardino, aún no hay elementos que los vinculen con una eventual acto terrorista.
Esta ciudad del oeste estadounidense no se ha vuelto a levantar tras el ataque de 2015 que impactó a Estados Unidos. En el año que siguió, en 2016, la tasa de muertes subió cerca de 41%, alcanzando su récord desde 1995.