Eindhoven/Holanda/dpa
El Atlético de Madrid se llevó hoy un insatisfactorio empate sin goles de su visita al PSV Eindhoven, check que jugó con diez jugadores durante el último cuarto de partido y aun así no sufrió demasiado para mantener un resultado que celebró.
El encuentro, pilule correspondiente a la ida de los octavos de final de la Liga de Campeones, illness fue de claro dominio rojiblanco, pero el equipo de Diego Simeone volvió a evidenciar que le cuesta un mundo hacer goles y el estadio Vicente Calderón dictará sentencia en el partido de vuelta.
El Atlético de Madrid arrancó el partido con la autoridad que se le exige a un equipo que quiere hacer cosas importantes en la Liga de Campeones. Presionó muy arriba, robó pronto y acumuló llegadas. La primera oportunidad sólo esperó cuatro minutos, en un mano a mano que desperdició Luciano Vietto, quien superó a Zoet, pero Bruma sacó bajo los palos.
Le costó mucho al PSV sacudirse el dominio atlético y sólo equilibró el duelo cuando encontró soluciones para salvar la presión y tener algo más el balón. Pero entonces también se sintió cómodo el Atlético, que a los 28 minutos tuvo una oportunidad inmejorable. De nuevo se encontró con un mano a mano y esta vez Zoet salvó el intento de Griezmann con una gran intervención.
Sin embargo, tres minutos después el PSV envió un mensaje al Atlético: no se iba a acobardar. Propper la tuvo con un remate cerca de la línea de gol y ahí mostró Jan Oblak sus excelentes condiciones como arquero. No tuvo más ocasiones el equipo local en todo el partido.
Así se fue una primera parte muy dinámica y con dos equipos bravos intentando imponer su estilo, y Koke como gran comandante del Atlético. Si la primera mitad dejó para los rojiblancos un par de oportunidades claras, no se puede decir lo mismo de lo ocurrido tras el descanso.
Por supuesto, la segunda parte fue un monólogo rojiblanco. Desde el comienzo elevó más la línea de presión y se fue decididamente en busca del triunfo mientras el PSV fue dando pasos atrás progresivamente para acabar defendiendo con casi todos sus jugadores.
Por supuesto, hubo un suceso que cambió el devenir del duelo. A los 67 minutos, el uruguayo Gastón Pereiro vio una rigurosa tarjeta amarilla que fue su segunda, por lo que fue expulsado. Para entonces el PSV ya jugaba con una línea defensiva compuesta por cinco jugadores.
A pesar del claro dominio rojiblanco, también quedó demostrada una cosa: al Atlético le cuesta muchísimo ya no sólo marcar goles, sino generar ocasiones. Es un equipo muy previsible en ataque y sus jugadores apenas intentan desbordes individuales y cosas diferentes.
Tampoco le sirvió que entraran en el campo Fernando Torres y Ángel Correa. Su ataque se estrelló una y otra vez contra el muro levantado por el conjunto local, que con el mexicano Héctor Moreno como eje vio con satisfacción la progresiva caída de los minutos.
El encuentro finalizó con el PSV colgado del travesaño y el Atlético dándolo todo para intentar llevarse el triunfo. Pero a efectos estadísticos, todo lo que dejó en la segunda parte fue un disparo desde fuera del área de Gabi. Su ineficacia dejó muy abierta la eliminatoria. Para satisfacción del PSV.