Madrid/dpa
Muy alejado de fatalismos relacionados con el pasado, el Atlético de Madrid contemporáneo encontró en la exigente Liga de Campeones su hábitat más natural y el torneo en el que mejor explota sus habilidades, algo que le permite renovar año a año su sueño de salir campeón a pesar de los reveses.
El Bayer Leverkusen sufrió el martes lo que es enfrentarse al equipo de Diego Simeone. Inmerso en mil dudas en la Liga española de fútbol y eliminado de la Copa del Rey, el conjunto rojiblanco recuperó su mejor versión en la máxima competición continental para dejar su eliminatoria de octavos prácticamente resuelta con su triunfo 4-2 en Alemania.
Fue el mejor Atlético posible, un equipo que mordió en el centro del campo, se desplegó exhuberante en ataque y dominó en las áreas. Hasta el discutido Kevin Gameiro pudo exhibir las razones de su fichaje y completó su mejor noche como rojiblanco.
Desde la llegada del argentino a Madrid, pocos equipos resultaron ser más competitivos que el Atlético en la Liga de Campeones.
En las últimas cuatro ediciones se clasificó para las eliminatorias como primero de grupo y el repaso a cada temporada habla de un conjunto que conoce los secretos del torneo más difícil de Europa.
Así, en la campaña 2013-14 llegó a la final después de perder un solo partido, y ninguno en las rondas del KO.
Cayó en el último encuentro por 4-1 ante el Real Madrid después de ir ganando hasta el minuto 93, cuando ocurrió el célebre gol de Sergio Ramos que posibilitó la prórroga y el conocido desenlace a favor de los blancos.
En la temporada siguiente se volvió a encontrar ante el Real Madrid, esta vez en cuartos de final. Antes había perdido un partido de la fase de grupos y otro en octavos de final. Ante los blancos empató sin goles en la ida y cayó 1-0 en la vuelta a dos minutos del final con un tanto del mexicano Javier “Chicharito” Hernández.
El Atlético regresó a su mejor versión en la temporada 2015-16 y llegó a la final después de perder un solo encuentro en la fase de grupos y dos en la eliminatorias antes de llegar al encuentro definitivo de nuevo ante el Real Madrid. No perdió la final, pues se tuvo que resolver en la tanda de penales después de llegar al final de la prórroga con empate 1-1. En la suerte fatídica el Real Madrid anotó todos sus penales y el Atlético erró uno.
Aquello fue un enorme golpe y se dijo que el equipo de Simeone había gastado ya todas sus balas en la Champions.
Pero esta temporada -en la que solo cayó en Múnich ante el Bayern cuando ya tenía el primer puesto del grupo asegurado con cinco victorias- está demostrando que se siente con fuerzas renovadas para pelear por llegar a una nueva final y, quién sabe, intentar conseguir la primera Copa de Europa de toda su historia.
Hacía 21 años que el Atlético no marcaba cuatro goles fuera de casa en la categoría reina, lo que explica cómo se maneja el actual equipo de Simeone en el torneo. Y eso que el preparador argentino recordó que “el resultado pudo ser mayor”.
No le queda otra al Atlético que apostar por la Liga de Campeones, pues quedó fuera de la Copa del Rey y está prácticamente descartado de la pelea en la Liga española.
Nadie puede predecir el futuro, pero lo que es seguro es que el Atlético es candidato en el vértigo de una competición en la que se maneja como pocos. Fiabilidad cien por ciento garantizada.