Madrid/dpa
Atlético y Real Madrid resolverán mañana el pase a la final de la Liga de Campeones en un encuentro en el que los rojiblancos buscan una remontada heroica, mientras que los blancos sueñan con la posibilidad de su primer doblete en casi seis décadas.
El partido de ida dejó al conjunto de Zinedine Zidane a medio paso de la clasificación después de su contundente triunfo 3-0. Nunca antes el Real Madrid perdió una eliminatoria contando con semejante ventaja. Pero si hay un equipo que hizo de la fe una forma de vida, ese el Atlético de Diego Simeone.
“El que no crea, que se baje”. Ese fue el primer mensaje del entrenador rojiblanco cuando se reunió con sus futbolistas minutos después de recibir tres goles que lo dejaron al borde del precipicio. Ahí comenzó a trabajar sobre una supuesta quimera, sobre lograr lo aparentemente imposible. O al menos pelearlo.
A partir de su entrenador, el club rojiblanco fue generando una atmósfera muy especial con el fin de disputar la eliminatoria, de no darse por vencido. Pero de otra parte, Simeone afronta la posibilidad de caer por cuarto año consecutivo en la Liga de Campeones ante el Real Madrid, el rival más odiado por su hinchada. Eso incluye las finales de 2014 y 2016, que tan magullado dejaron al argentino.
Para el Real Madrid está el desafío a la propia historia de la máxima competición continental. Depende de sí mismo en la Liga española a falta de jugar tres partidos y tiene todo a favor para mantener vivo el sueño de convertirse en el primer equipo en ganar dos Ligas de Campeones consecutivas tras la introducción del nuevo formato en la década de 1990. El reto es mayúsculo, el mayor posible en Europa.
Nadie duda de que el Atlético saldrá con todo y los primeros minutos serán vitales. Un gol temprano de los rojiblancos pondría al rojo vivo la eliminatoria y la misión de los blancos es abortar el torrente de emociones inicial para evitarse disgustos. Hacer un gol es el reto que se impone el Real Madrid para no sufrir.
Con el fin de alimentar sus opciones de remontada, el Atlético deberá ofrecer más fútbol que en la ida.
La cuestión inicial es saber quién acompañará a Antoine Griezmann en la delantera, con mejores opciones para Fernando Torres. Nicolás Gaitán y Ángel Correa son otras alternativas.
El Real Madrid propondrá el mismo equipo que en la ida, incluyendo a Isco en el mediocampo. La única ausencia será Dani Carvajal, con una lesión muscular, y por el puesto pelean Nacho Fernández y Danilo.
Lo que es seguro es que en vanguardia estará Cristiano Ronaldo, autor de un hat-trick en la ida y de ocho de los nueve goles marcados por los blancos en los últimos tres partidos de la Liga de Campeones. Números de auténtica superestrella.
Según Zidane, el Real Madrid no especulará con la ventaja de la ida. “Vamos a intentar afrontar la vuelta como siempre, entrar en el campo y pensar en hacer el máximo. Queremos intentar jugar, luego veremos, nuestra idea no va a cambiar. Vamos a intentar marcar”, aseguró.
Le avala una demoledora estadística: el Real Madrid lleva 60 partidos consecutivos haciendo al menos un gol. Y eso es oro en la Liga de Campeones y en la resolución de una eliminatoria como la que afronta ante el Atlético. El estadio Vicente Calderón presentará un ambiente espectacular en lo que será el último clásico madrileño en el estadio rojiblanco, pues el Atlético se mudará de campo al final de esta temporada.
Es lo menos que merece una eliminatoria de semifinales de la Liga de Campeones con dos equipos que sueñan con la grandeza en diferentes formas.