Por Leticia Pineda
Ayotzinapa/AFP
En total 38 cadáveres han sido encontrados en fosas clandestinas desde que se emprendió la búsqueda de 43 estudiantes desaparecidos hace un casi un mes en el sur de México, pero peritajes oficiales descartaron que la mayoría de esos restos corresponda a los jóvenes alumnos.
La fiscalía federal subió el viernes de 30 a 38 la cifra de cadáveres hallados en tumbas ilegales encontradas desde que emprendió la búsqueda de los estudiantes desaparecidos en Iguala, del sureño estado de Guerrero, el 26 de septiembre inmediatamente después de unataque a balazos de policías municipales y narcotraficantes.
Ese anuncio fue hecho horas después de que en la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa (Guerrero) de formación de maestros, a la que asistían los jóvenes desaparecidos, sus familiares y compañeros manifestaran su desconfianza en la investigación de la fiscalía federal, que apunta a que los estudiantes fueron víctimas de una confusión del cartel local Guerreros Unidos.
Familiares exigen audiencia con presidente
«Rechazamos cualquier vínculo que desde las esferas del poder se quiera hacer de nuestra histórica y emblemática Normal (escuela de maestros) con grupos delictivos», enfatizaron en un comunicado los familiares y compañeros de los desaparecidos difundido tras la conferencia de prensa en Ayotzinapa.
Exigieron que se «redireccione las líneas de investigación» y que «el presidente Enrique Peña Nieto escuche directamente la voz de los padres de familia».
La mayor cantidad de cadáveres fue descubierta el 4 de octubre en cinco fosas clandestinas cavadas en la localidad de Pueblo Viejo, de Iguala, donde se exhumaron 28 cuerpos, pero que de acuerdo con exámenes de la fiscalía general, hechos con muestras de ADN de los familiares tomadas por la fiscalía de Guerrero, ninguno de esos restos corresponde a los jóvenes alumnos.
Después, el 9 de octubre, el fiscal general, Jesús Murillo Karam, anunció que derivado de declaraciones de detenidos -que suman ya 52 personas entre funcionarios, policías y narcotraficantes-, habían localizado otras 4 fosas clandestinas también en Iguala, sin precisar el número de cuerpos encontrados.
Pero este viernes la fiscalía reportó en un comunicado que en ese segundo grupo de tumbas ilegales «se realizó el levantamiento de ocho cadáveres» a los que «se les están realizando los exámenes periciales».
Esos 36 cadáveres se suman a otros dos encontrados en otras de las fosas clandestinas halladas en Iguala que ya habían sido reportadas.
La fiscalía añadió que, al margen de los resultados de sus peritos, está «a la espera» de los análisis de un grupo de forenses de Argentina involucrados en el caso por petición de los familiares y organizaciones civiles, quienes sí «obtuvieron muestras directas» de ADN de los familiares.
Otra protesta incendiaria
Las protestas de ira por la desaparición de los 43 estudiantes en Guerrero (sur de México) continuaron el viernes pese a que el gobernador estatal, Ángel Aguirre, dejó su puesto el jueves tras semanas de presiones del movimiento estudiantil y familiares.
Armados con palos, tubos y piedras, varias personas irrumpieron el viernes en oficinas de la secretaría de Educación estatal en Chilpancingo (capital de Guerrero), para exigir la presentación con vida de los 43 estudiantes.
Sin herir a nadie, los manifestantes rompieron vidrios y sacaron a la entrada de esos despachos documentos y muebles a los que les prendieron fuego, que fue sofocado por los bomberos.
Otras protestas enardecidas se han efectuado en Chilpancingo, a 276 km de la Ciudad de México. Una de las más iracundas se registró el 13 de octubre cuando cientos de estudiantes y maestros incendiaron parcialmente el complejo de edificios de gobierno de Guerrero mientras pedían a gritos la dimisión de Aguirre, y advertían que sus fuertes protestas continuarían hasta la localización de los jóvenes.
A la semana siguiente, unas 500 personas prendieron fuego a instalaciones del izquierdista Partido de la Revolución Democrática (PRD), con el que Aguirre se convirtió en gobernador de Guerrero en abril de 2011.
Las instalaciones de la alcaldía de Iguala también fueron incendiadas. El alcalde de esa localidad (de 140.000 habitantes), José Luis Abarca -ahora revocado y prófugo- dio a los policías municipales la «orden de enfrentar» a los estudiantes por temor a que sabotearan un evento encabezado por su esposa -hermana de narcotraficantes-, según la fiscalía.
La desaparición de los estudiantes ha generado múltiples expresiones de protestas de organismos internacionales como la ONU y la Unión Europea, y de figuras como la de la líder estudiantil chilena Camila Vallejo, y el delantero del Real Madrid, el mexicano Javier ‘Chicharito’ Hernández, quien el viernes dedicó un mensaje a los familiares de estos jóvenes.