Sidney/AFP
Australia, país anfitrión de la reunión del G20 que se celebra este fin de semana en Sídney, instó este sábado a los bancos centrales a evitar «las sorpresas» en sus políticas monetarias, para prevenir las turbulencias en los países emergentes.
La retirada progresiva de los estímulos de la Reserva Federal a la economía norteamericana y sus efectos en las divisas y las bolsas de los mercados emergentes son una preocupación central en esta reunión de ministros de Economía y banqueros centrales del G20, el gran foro mundial de países desarrollados y emergentes.
«Nuestra consigna debe ser ‘nada de sorpresas’ con las políticas monetarias, y los bancos centrales del mundo deben prevenir de forma razonable en materia de decisiones venideras susceptibles de causar volatilidad en los mercados», declaró el ministro australiano del Tesoro, Joe Hockey.
En la reunión de Sídney no están los ministros de Finanzas de Brasil, México ni Argentina, tres grandes emergentes, al estar retenidos por obligaciones domésticas.
La reducción gradual de las compras mensuales de activos por parte de la Fed y las expectativas de una subida de las tasas estadounidenses (actualmente cercanas a cero) están incitando a los inversores a sacar sus capitales de los países emergentes para repatriarlos a Estados Unidos.
En los últimos meses, este fenómeno, añadido a otros internos, se ha traducido en fuertes caídas de las divisas de Argentina, Brasil, Sudáfrica, Turquía, Rusia o India.
Las divisas más atacadas son las de los países con políticas o economías que más dudas suscitan.
Por esta razón, Estados Unidos, Gran Bretaña y otros países ricos, además del Fondo Monetario Internacional (FMI), han instado los últimos días a los emergentes a «poner orden» en casa.
En un tono más conciliador, el ministro francés de Economía y Finanzas, Pierre Moscovici, estimó que «la situación de las economías emergentes merece un seguimiento atento, pero no se trata de una situación de crisis».
Moscovici agregó ante la prensa que la Fed actúa en interés de su país, de acuerdo con su mandato, y estimó que no se puede calificar de «egoísmo» la actitud de Janet Yellen, la nueva presidenta del banco central norteamericano.
«Tengo la sensación de que el clima aquí será muy constructivo», apostilló Moscovici.
«Existe una intención real de conseguir verdaderos resultados», había insistido poco antes su colega australiano.
«Todos los ministros y banqueros centrales con los que he hablado entienden que con mayor cooperación, objetivos realistas y sobre todo un proceso tangible para alcanzarlos, podemos obtener verdaderos resultados este fin de semana a pesar de ciertas dificultades presentadas por la volatilidad en los mercados internacionales», dijo Joe Hockey.
En cuanto a la propuesta de fijar objetivos cifrados de crecimiento para el mundo, defendida por el FMI, Gran Bretaña y Australia, aunque recibida con escepticismo por Alemania, Joe Hockey estima que «debemos apuntar más alto para realizar más».
Una coordinación de políticas de los países miembros del G20 puede aportar un aumento de crecimiento del 2% a cinco años vista, recordó Pierre Moscovici.
Según fuentes del G20, se está hablando para determinar si es necesario incluir de forma precisa este objetivo en el comunicado final.