Sídney / AFP
Australia prometió el viernes dejar de exportar sus desechos reciclables en medio de una polémica mundial sobre la contaminación provocada por el plástico y la negativa de varios países asiáticos a seguirlos reciclando.
El primer ministro australiano, Scott Morrison, alcanzó un acuerdo con los líderes de los estados y los territorios del país para preparar un calendario y poner fin progresivamente a la exportación de desechos reciclables como plásticos, papel y vidrio.
«Son nuestros desechos y son nuestra responsabilidad», dijo el viernes a la prensa.
«Ya no habrá exportaciones de plásticos y papel y vidrio a otros países donde corren el riesgo de terminar flotando en nuestros océanos», agregó.
Aunque no hay un calendario preciso, los líderes locales recibieron el encargo de reducir los vertederos y potenciar el sector del reciclado en Australia, donde actualmente solo se reciclan el 12% de los plásticos.
Según cifras del gobierno, en el último año fiscal, Australia exportó a otros países más de cuatro millones de toneladas, es decir un 12% de sus desechos reciclables, mayoritariamente a países asiáticos.
En 2017 China empezó a restringir las importaciones de plástico del extranjero, lo que tuvo como consecuencia que países como Tailandia, Malasia, Vietnam o Indonesia tomaran el relevo.
Pero ahora también estos últimos están restringiendo las importaciones.
El mes pasado, Indonesia dijo que devolvería 210 toneladas de basura a Australia después de que las autoridades descubrieran material peligroso y basura doméstica en contenedores que en teoría solo debían contener papel.
Por su parte, Malasia anunció en mayo que devolvería 450 toneladas de plástico importado a sus países de origen, entre ellos Australia, Bangladés, Canadá, China, Japón, Arabia Saudita y Estados Unidos.