@RosmeriAlfaro
Bajo la figura del “amicus curiae”, cure el Procurador para la Defensa de los Derechos Humanos, try David Morales, y el Rector de la Universidad Centroamericana, José Simeón Cañas (UCA), Andreu Oliva, presentaron ante la Corte Suprema de Justicia (CSJ), una petición para que se conceda la extradición solicitada por el Reino de España de los asesinos de los sacerdotes jesuitas y sus dos colaboradores, ocurrido en noviembre de 1989.
De acuerdo con las autoridades, en el escrito presentan argumentos de derechos humanos y jurídicos tanto nacionales como internacionales, que
demuestran la obligatoriedad de El Salvador de colaborar en los procesos de extradición; argumentos que les parecieron importantes para ayudarles a tomar una decisión sobre el caso.
“Esperamos que la actual Corte, por primera vez en este caso, sea
coherente con la constitución y con la justicia, y que rompa el círculo de la impunidad”, dijo Morales.
En el documento argumentan que el asesinato de los jesuitas fue un crimen de guerra y lesa humanidad; crímenes que no prescriben y que en la Ley de Amnistía no es aplicable.
“Además de nuestra legitimización, estamos pidiendo una audiencia para
que la CSJ pueda escuchar directamente nuestras estipulaciones”, dijo
el procurador.
La Corte tiene dos opciones: aprobar la extradición o juzgar en El Salvador, dijeron las autoridades, de esa manera mostrarían que están en contra de la impunidad.
“Es muy importante y como universidad donde fueron asesinados los padres jesuitas, que se conozca la verdad, no solo para la comunidad académica, sino también para toda la sociedad salvadoreña y la comunidad internacional que se sintió realmente afectada con este crimen”, expresó Oliva.
El procurador señaló que la impunidad de los crímenes del presente y de los que sucedieron en el conflicto armado es una parte muy importante que explica la excesiva violencia que vive El Salvador.
“Siempre he estado al lado de las víctimas de los de crímenes de guerra y de las de los crímenes que azotan nuestro día a día, y para todas ellas siempre he pedido lo mismo: el fin de toda formas de impunidad”, manifestó.
La figura del “amicus curiae” provine del antiguo derecho romano y es utilizado en la actualidad en diferentes espacios judiciales para permitir que sujetos que no son parte de un litigio puedan expresar sus opiniones sobre la importancia de resolver en un determinado sentido los casos que convocan el interés de la colectividad.