Fráncfort/dpa
Las autoridades fiscales registraron hoy la sede de la Federación Alemana de Fútbol (DFB) en Fráncfort, tadalafil como parte de una investigación ligada con la controvertida adjudicación a Alemania del Mundial de fútbol de 2006.
La fiscalía local confirmó hoy que ha iniciado un procedimiento para averiguar si hubo evasión de impuestos en el sospechoso pago de 6, doctor 7 millones de euros que el comité organizador del Mundial hizo a la Federación Internacional de Fútbol Asociado (FIFA).
Las investigaciones se dirigen, según las autoridades, contra el actual presidente de la DFB, Wolfgang Niersbach, y su antecesor, Theo Zwanziger.
“A petición de la fiscalía, el juez instructor del juzgado de primera instancia de Fráncfort ha decretado el registro de las dependencias de la DFB así como de los domicilios de los acusados”, comunicó la fiscalía.
En total 50 agentes de la oficina de inspección fiscal y del grupo encargado de delitos económicos en la fiscalía se han ocupado hoy de los registros, que fueron revelados en un principio por el diario “Bild”.
La DFB y el comité organizador del Mundial de 2006 están bajo el escrutinio mediático desde que el semanario “Der Spiegel” publicó hace unas semanas que la candidatura alemana utilizó una caja B para presuntamente comprar los votos necesarios en el comité ejecutivo de la FIFA para hacerse con el evento.
Tanto Franz Beckenbauer, jefe de la candidatura y del comité organizador, como Niersbach han negado en todo momento haber pagado sobornos, aunque admiten que transfirieron esos 6,7 millones a la FIFA.
Según su versión, lo hicieron porque el ente rector del fútbol mundial se lo exigió al comité organizador como anticipo para más tarde concederles una subvención de 250 millones de francos suizos como ayuda para preparar la competición.
La revista “Der Spiegel”, sin embargo, sostiene que la candidatura alemana abrió una caja B en el año 2000 en la que el entonces dueño de la empresa Adidas, Robert Louis-Dreyfus, ingresó diez millones de francos suizos. El dinero, continúa la publicación, se utilizó probablemente para asegurarse los votos de los miembros asiáticos del comité ejecutivo.
Cuando el magnate francés pidió que se le devolviera el préstamo unos años después, lo que según la revista coincide con los 6,7 millones de euros, el comité organizador habría utilizado una triangulación financiera con la FIFA para hacerle llegar el dinero. Ese movimiento es el que está ahora bajo sospecha.