Por Maher Al Mounnes/Damasco/AFP
Rusia volvió a reforzar su presencia en Siria con la llegada en las últimas semanas de quince aviones de carga a una base militar de la provincia de Latakia, uno de los feudos del presidente sirio Bashar Al Asad.
Moscú, principal aliado del gobierno de Damasco, parece retomar la iniciativa en el conflicto que se eterniza en Siria. Además, muchas cancillerías europeas empiezan a contemplar la posibilidad de Asad forme parte de una solución a esta guerra, que ha causado 240.000 muertos en cuatro años y medio.
El lunes el presidente ruso Vladimir Putin –que quiere construir una amplia coalición que incluya al ejército de Asad para combatir al grupo Estado Islámico (EI)– se entrevista con su homologo estadounidense Barack Obama en Nueva York.
El sábado una fuente militar siria dijo a la AFP: «desde hace dos semanas y hasta este sábado por la mañana, un avión de carga ruso aterriza cada mañana en la base militar de Hmeimim», en la provincia de Latakia, feudo de Asad en el oeste del país
«Al menos 15 aviones de este tipo, con los colores de la bandera rusa, transportaron equipamiento y personal» a esta base situada en el aeropuerto civil y militar Basel al Asad, a 25 km al sur de la ciudad de Latakia.
En el aterrizaje y el despegue unos cazabombarderos acompañan a estos aviones «a modo de protección», precisó.
«Luego unos camiones de medio tonelaje descargan los aviones y transportan la carga fuera del aeropuerto», añadió la fuente
¿Un ‘vuelco’ en la guerra?
Aunque no haya ninguna confirmación oficial del Kremlin, desde hace semanas, Washington alerta del refuerzo de la presencia rusa en Siria con aviones de combate, sistemas de defensa aérea y equipamientos modernos. Además, parte de este material lo ha cedido al ejército sirio, en guerra desde hace casi cinco años contra los rebeldes.
Estados Unidos afirmó que acogería favorablemente una iniciativa rusa para reforzar la lucha contra el grupo yihadista Estado Islámico (EI) pero teme que los rusos intenten sobre todo fortalecer al gobierno del presidente Asad y atacar a grupos sirios (kurdos y moderados) apoyados por Washington.
El miércoles, el ejército utilizó por primera vez drones entregados por Rusia, según una fuente de seguridad en Damasco. Según Washington, los rusos efectúan vuelos de reconocimiento sobre Siria aunque sin realizar bombardeos.
Un alto responsable sirio declaró a la AFP que la implicación rusa supone un «vuelco». Y Hasan Nasralá, jefe del Hezbolá chiita libanés que combate junto al ejército sirio, afirmó que la intervención rusa «influirá en la evolución de la batalla en curso en Siria».
Por su lado la canciller alemana Angela Merkel dijo por primera vez esta semana que habría que hablar con el presidente sirio para resolver el conflicto. Y el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, pese a ser enemigo de¡ Asad, admitió que el jefe de Estado sirio podría formar parte de un período de transición.
En este contexto, la estrategia de Estados Unidos para armar los rebeldes para combatir al grupo EI sufrió un nuevo revés. El comando de las fuerzas estadounidenses en Medio Oriente (Centcom) admitió que rebeldes sirios formados por Washington entregaron parte de sus equipos y armamento al Frente Al-Nusra, la filial siria de Al Qaida.