Carlos Burgos
Fundador
Televisión educativa
La TVE de El Salvador y el Instituto Latinoamericano de la Comunicación Educativa (ILCE), ambulance cialis con sede en México, recipe desarrollarían un Seminario Latinoamericano de Televisión Educativa, del 27 de septiembre al 2 de octubre de 1970, y se me nombró Coordinador General de mismo.
Una responsabilidad inédita en mi vida profesional que tomé como reto para mi capacidad de tener presente tanto detalle de un evento internacional. Confirmaron su asistencia delegados de casi todos los países. Había que prever la movilización del aeropuerto de Ilopango a los hoteles con las reservas de cada uno; del hotel a la sede de las reuniones para mesas de trabajo y plenarias; del hotel a lugares de observación como el Estudio de TVE situado en San Andrés, a escuelas urbanas y rurales que utilizaban la televisión, y a una playa del puerto de La Libertad para desarrollar el trabajo programado de ese día con un receso para recreación.
Sería un Seminario móvil, algo complejo por las atenciones e imprevistos, pero nuestro personal respondió con seguridad. Designé a Telemaestros y Realizadores para que fueran al aeropuerto a recibir a los delegados, y comenzaran a informarles sobre el proyecto de TVE y de El Salvador como país anfitrión. En la práctica, desde ese momento inició el Seminario, de modo que en la inauguración con las palabras del Ministro de Educación, Walter Béneke, los delegados ya conocían muchos detalles de nuestro proyecto.
Desde la planificación del evento asigné a un compañero para encargarse de la logística en la playa con un instructivo claro que discutimos con él. Yo sabía que a él le gustaban las copas, pero en el trabajo siempre era responsable. Y ¿cuál fue mi sorpresa? Que no se presentó a desempeñar sus funciones el propio día. De inmediato, casi improvisando, distribuí sus funciones entre varios compañeros quienes fueron eficientes.
La directora de la TVE al notar la ausencia de ese compañero, me interrogó acerca de su presencia, y no me van a creer, tuve que encubrirlo respondiéndole que lo había asignado a otra función. Ojalá, pensé, no vaya a descubrir esta mentira, pero no le iba a decir «anda en zumba» o «agarró el avión».
Durante las visitas de observación a las escuelas, los delegados conversaron con los maestros de aula y con los alumnos por separado, aclarando sus inquietudes y confirmando las bondades del sistema con TVE. Presenciaron la transmisión de teleclases, la actuación del maestro de aula en los tres períodos: motivación, recepción y refuerzo. Además analizaron los materiales impresos como guías didácticas, cuadernos de trabajo y otros.
Fueron interesantes las discusiones en las mesas de trabajo. Los compañeros de la TVE que participaron, además de informar sobre detalles del proyecto, sus resultados y sus proyecciones, registraron valiosas opiniones y sugerencias de los asistentes. En las plenarias parecía que los delegados ya habían adoptado nuestro proyecto, fueron contundentes en la aprobación de lo que aquí habíamos emprendido. Confirmaron que íbamos por la ruta tecnológica correcta para ayudar al desarrollo de la educación.
Mi tranquilidad volvió hasta que el último delegado tomó su avión para regresar a su país. Se marcharon contentos, aceptaron la experiencia pedagógica en la que aquí trabajábamos y admiraron playas, valles y volcanes de nuestro país.
Semanas después recibí cartas de agradecimiento de algunos delegados. La de Helio Italo Serafino, del Centro Regional de Pesquisas Educacionais de Sao Paulo, Brasil, en un párrafo me dijo: «É o presente para facer chegar á V. Sa., nossas felicitacoes pelo bilhantismo com que se ateve á testa do Seminario Latinoamericano de Televisión Educativa, de El Salvador, na cualidade de Coordenador Geral»
Tuve que masticar un poco el portugués para aclarar lo que me expresó. Y me reí solo con mi taza de café.