Hugo Fajardo Cuéllar*
Este primero de junio del 2022, se cumplieron tres años de la gestión gubernamental del presidente Nayib Armando Bukele, quien asumió la presidencia de la República de El Salvador, el 1 de junio del 2019. Por lo que es pertinente presentar a continuación, un balance de los principales fenómenos o acontecimientos que han marcado la dinámica da la sociedad salvadoreña durante ese periodo. Dicho balance comprende tres momentos fundamentales: lo político lo económico y lo social.
EN LO POLÍTICO
Con la llegada de Nayib Bukele a la presidencia de la república de El Salvador, se marca un hito en la historia salvadoreña, dado que por primera vez un personaje que, sin tener una trayectoria política, significativa, salvo los pocos años de su gestión como alcalde de nuevo Cuscatlán y de San salvador por el FMLN, se convierte en presidente a través de un proyecto político que se dio en llamar Nuevas Ideas. Un proyecto que entusiasmo al pueblo con la promesa de cambiar el rumbo del país en beneficio de las grandes mayorías, Pero que, a tres años de tal promesa, la realidad en que vive el pueblo salvadoreño dice todo lo contrario.
La dinámica política en estos tres años ha estado marcada por un estilo autoritario y verticalista en el ejercicio del gobierno, dado que los mínimos niveles de concertación democrática que se habían construido hasta antes de la llegada del nuevo gobierno, se han suprimido por el nuevo estilo de dictar ordenes desde el ejecutivo principalmente a través del Twitter, sin que haya espacio para el análisis y discusión con los diferentes sectores representativos de la población, sobre la aprobación y aplicación de las diferentes políticas públicas que afectan la vida de los amplios sectores de la sociedad salvadoreña.
Si bien es positivo el haber sacado de la Asamblea Legislativa a muchos diputados que se enriquecieron de la política, mediante actos de corrupción por muchos años; pero lo negativo es que ha surgido una especie de dictadura política en la cual, la mayoría de los jóvenes diputados actuales del partido oficial, solo obedecen órdenes del presidente para aprobar leyes, sin tomar en cuenta las críticas y opiniones del pueblo salvadoreño, y sin respetar el debido proceso, como lo fue el decreto de destitución del Fiscal General de la Republica y de los Magistrados de la Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia,(CSJ), el 1 de mayo del 2021, en la primer sesión plenaria de la Asamblea Legislativa, lo cual significa un virtual retroceso en el sistema democrático de El Salvador, regulado en los artículos 85 y 86 de la Constitución de la República.
EN LO ECONÓMICO:
Mas allá del discurso oficial, que habla de un crecimiento de la economía y de las inversiones del extranjero, los tres años del actual gobierno han demostrado que el rumbo de la economía nacional sigue marcado por la aplicación de las políticas neoliberales que aplicaron también los gobiernos anteriores, como parte de las condiciones que imponen los organismos financieros internacionales como el Banco Mundial (BM) y el ´fomento Monetario Internacional (FMI), a los gobiernos de El Salvador a cambio de conceder los préstamos internacionales. El problema es que dichos préstamos y la millonaria deuda que estos generan para el país, no la pagan los ricos sino las grandes mayorías del pueblo salvadoreño a través del pago de los impuestos.
Aunque la economía salvadoreña no ha sucumbido, pese al aumento de la inflación durante la pandemia de la Covid-19, pero sigue siendo una economía neoliberal, que lamentablemente se basa en la imposición de medidas económicas como la introducción del Bitcoin, como moneda de curso legal en El Salvador, la cual entró en vigencia a partir del 7 de septiembre del 2021, pero que hasta la fecha (12-06-2022) ha sido un fracaso, puesto que la gran mayoría de la población ha rechazado en la practica el uso de dicha moneda virtual. Además, ante la inflación y el alto costo de la vida, el gobierno solo ha implementado tibias medidas, que solo benefician al gran capital y generan aumento de la pobreza en las grandes mayorías del pueblo salvadoreño.
EN LO SOCIAL:
Con el boom publicitario creado por Nuevas Ideas, alrededor de la figura como candidato presidencial de Nayib Bukele, gran parte de la sociedad salvadoreña, principalmente los jóvenes, fueron atraídos por dicho proyecto y dieron la victoria electoral a Bukele. Pero la población no se imaginó lo que venía, ya que, en estos tres años del nuevo gobierno las condiciones sociales de vida de la gente no han experimentado una mejoría significativa.
Aunque no se puede negar que, según la encuesta del Instituto de Opinión Pública de la UCA, (IUDOP), el 58.2% de los encuestados, aprueban la gestión del actual presidente al decir que “No encuentran fracasos en el tercer año gubernamental y el 91.1%, que dicen “No se arrepienten de haber votado por Nuevas Ideas en las elecciones del 28 de febrero del 2021”. Dichos porcentajes tienen sentido y razón de ser, dado la millonaria campaña política publicitaria que ha acompañado desde el inicio a la actual gestión gubernamental, lo cual es una estrategia que siempre han utilizado las clases gobernantes para crear en las masas una visión que al decir de Karel Kosík, es “la visión del mundo de la Pseudoconcrecion, el cual es un claroscuro de verdad y engaño en el que los fenómenos solo se presentan en su apariencia pero no en su verdadera esencia.”( Kosík, Dialéctica de lo Concreto,1995, Pág. 27)
A pesar de la millonaria inversión en el buen manejo gubernamental de la pandemia del Covid-19, los hospitales siguen como antes, dando una atención indignante a la mayoría de usuarios, la Educación Básica y sobre todo la Superior siguen siendo un privilegio al que no tienen acceso todos los jóvenes, y el costo de la canasta básica se ha incrementado exageradamente, a tal grado que los huevos y los frijoles también se están convirtiendo en artículos de lujo para la gran mayoría de los consumidores, que son la gran mayoría de gente pobre.
Finalmente, decir que no obstante, el combate frontal a la delincuencia pandilleril, es algo necesario y positivo para que nuestra sociedad pueda vivir con seguridad y tranquilidad; pero es cuestionable que no se combata de igual manera a la delincuencia de cuello blanco, es decir a los delincuentes de las elites del poder, y además que se haya aprobado un régimen de excepción que por tercer mes consecutivo sigue vigente y que según los expertos en la materia, no es necesario, para enfrentar dicha problemática de una manera integral y sin violentar los Derechos Humanos.
* Licenciado en Sociología, Profesor en Ciencias Sociales, Abogado y Notario, Maestro en Derecho Humanos y Educación para la Paz. Docente a tiempo completo de la Universidad de El Salvador, Facultad Multidisciplinaria de Occidente.