Carlos Burgos
Fundador
Televisión educativa
Al inicio de la segunda década de este siglo, en una universidad privada me propuse reunir libros usados para regalarlos a una escuela de un pueblo del interior del país. Mis alumnos de dos secciones decidieron colaborar con textos de Educación Básica, Educación Media y obras generales.
Reunieron varios miles de libros y yo incluí otro tanto de los míos que ya no iba a utilizar. Los colocamos en cajas de cartón. Del mapa de los municipios seleccionamos a Masahuat, del departamento de Santa Ana.
Los estudiantes contrataron dos microbuses de los más grandes y un sábado partimos bajo algunas prohibiciones como no ingerir licor, no jugar a escondidas con las chicas, no expresarse con palabras soeces, no alejarse del grupo y respetar a los lugareños. Normas que aceptaron cumplir bajo la supervisión de dos docentes: uno masculino y otro femenino.
Antes de entrar a Santa Ana tomamos la carretera para Metapán, en el kilómetro 100 cruzamos a la derecha, se pasó frente al balneario Apuzunga y llegamos al noble y prodigioso río Lempa. Los muchachos tomaron las primeras fotografías y videos. Luego seguimos por el puente fijo y llegamos al pueblo.
El director y algunos docentes del Centro Educativo de Mazahuat nos esperaban. Les informé que les traíamos un lote de libros para uso de los alumnos. Sugerí que además de usarlos en el aula podrían llevarlos a sus casas en calidad de préstamo. Aceptaron la sugerencia y con el director organizamos la entrega en un amplio salón para actos. Estarían presentes los alumnos del Sistema de Educación a Distancia que asistían solo los sábados.
Habló el director dándonos la bienvenida, luego un estudiante universitario hizo el ofrecimiento, enseguida el grupo de universitarios entregó las cajas al grupo de estudiantes sabatinos. A continuación un estudiante local expresó el agradecimiento y agregó: « Estamos superándonos gracias al Sistema de Educación a Distancia, cuyo fundador aquí está presente, el licenciado Carlos A. Burgos, para quien pido un caluroso aplauso».
Eso me causó gran sorpresa. Mis alumnos universitarios no lo sabían y me dijeron en coro: «Que hable… que hable». Me puse de pie y sin mucha parsimonia dije: «Que tal, amigos». Volvieron a aplaudir. Les relaté que en 1983, cuando fui director de la TV. Educativa Canales 8 y 10, trabajé duro para conceptualizar y diseñar ese sistema que daría oportunidad de estudiar a todas las personas que por alguna causa no pudieran asistir personalmente a sus clases. Se emitió el Decreto Ejecutivo para legalizar el sistema en todos los niveles educativos del país y sus modalidades. Fui director ad honorem del Instituto Nacional de Educación a Distancia (INED) y del Programa de Educación Básica a Distancia (PREBAD), que hoy llaman EDÚCAME.
Este Sistema de Educación a Distancia ya cumplió 33 años y ha graduado a más de 40 mil bachilleres, solo en el nivel medio.
Almorzamos en este centro en un convivio original, cada quien llevó su lonchera y hubo un intercambio espontáneo: un choripán por una hamburguesa, un sándwich de pavo por uno de jamón, y otros bocados y bebidas.
Enseguida visitamos la iglesia de la Virgen de la Luz, una extraordinaria imagen. El director nos había prestado una pelota de fútbol y las llaves del estadio del pueblo. Un espacio engramado, con galerías de cemento, malla ciclón, casetas y baños. Los estudiantes organizaron un partido de fútbol con los locales.
Después seguimos al Sur hasta el puente de hamaca de 125 metros de longitud, con cables, malla y piso de láminas. Abajo se escuchaba el rumor del río Lempa que se deslizaba por su cauce rumbo al Pacífico. Lo atravesamos. Los estudiantes, adrede, balanceaban el puente y las chicas gritaban con temor: «Nooo… noo… » y otros filmaban estas escenas y el entorno.
Regresamos. En el aula los estudiantes presentaron documentales en video, reportajes fotográficos, entrevistas grabadas en audio, monografías escritas y otros documentos relacionados con la investigación a nivel exploratorio y bibliográfico. Y por supuesto informaron que nos balanceábamos sobre el puente colgante de Masahuat.