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Madrid/dpa
Conquistada la Liga española de fútbol, el Real Madrid solo tiene por delante el gran duelo del 3 de junio ante la Juventus de Turín, su intento de lograr su primer doblete desde 1958 en una cita que volverá a exigir lo máximo a Zinedine Zidane.
En el club blanco hoy fue el día para festejar su trigesimotercer título de Liga, rubricado el domingo en la última jornada del torneo. Fue una noche larga que incluyó el encuentro de madrugada con miles de fieles en la fuente de Cibeles, el lugar de celebración de sus éxitos, y luego llegaron más horas de fiesta. Lo propio para un título que no ganaba desde 2012.
Pasarán dos días de descanso y el Real Madrid volverá al trabajo para preparar su asalto a la historia, como es la posibilidad de convertirse en el primer equipo en ganar dos Ligas de Campeones consecutivas. Un reto de esos que tanto le gustan a Florentino Pérez, su presidente.
Real Madrid y Juventus se encuentran en una situación parecida, pues ambos estarán dos semanas sin competir después de ganar sus respectivos torneos nacionales el domingo y en este tiempo deberán manejar tanto la parte emocional como la física antes del último encuentro de la temporada. Es la gestión del éxito y procurar que los futbolistas mantengan el hambre competitiva y ganadora.
Durante este tiempo también se podrán ver los progresos de Gareth Bale y Dani Carvajal, los dos futbolistas más importantes que tiene el Real Madrid en la enfermería. El galés ya se encuentra cerca de entrenarse con el grupo tras superar una lesión muscular y el lateral también parece que cumplirá los plazos.
La cuestión es ver si Zidane arriesgará con ambos, y especialmente con Bale, pues los dos futbolistas llegarían a la final de Cardiff sin un solo partido previo para examinar su estado físico y ritmo de juego. Además conviene tener en cuenta que ese partido se jugará en la ciudad natal de Bale.
A medida que vayan pasando los días, el debate sobre el galés irá engordando como una bola de nieve. Sobre todo porque su inclusión conllevaría quitar del equipo a Isco, uno de los futbolistas más en forma y queridos por su hinchada. Y, además, propiciaría un cambio de sistema.
Al Real Madrid le fue más que bien durante los dos últimos meses con el dibujo táctico del 4-4-2. No sólo ganó, sino que exhibió un fútbol muy atractivo. Con la hipotética presencia de Bale, el equipo blanco regresaría a ese 4-3-3 que propone más pegada, pero mayores desequilibrios defensivos.
Por lo pronto, Zidane no parece demasiado preocupado. Y si lo está, no lo transmite. «Podemos jugar y cambiar (de esquema) en cualquier momento. Podemos cambiar de sistema dentro del partido. Tenemos jugadores para cambiar de dibujo, pero permítanme disfrutar de hoy. Cardiff lo prepararemos con tiempo», declaró a los periodistas tras ganar la Liga española.
