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Ban Ki-moon quiere poner fin a las mutilaciones genitales femeninas «en una generación»

Nairobi/AFP

El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, pidió este jueves terminar con la escisión en «una generación», lanzando junto con The Guardian una campaña mundial contra una práctica que ha dejado decenas de millones de víctimas.

«La mutilación de jovencitas y de mujeres debe cesar durante esta generación, nuestra generación», afirmó Ban desde la sede regional de la ONU en Nairobi, haciendo un llamado a «los hombres y los jóvenes a apoyar el combate contra las mutilaciones genitales femeninas (MGF)».

Estas mutilaciones sexuales –o escisión– consisten en la ablación total o parcial de los órganos genitales externos femeninos (clítoris, labios pequeños y grandes). Según la UNICEF, se lleva a cabo sobre todo en las niñas y adolescentes, pero en algunos países también en las bebés de menos de un año.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) registró más de 125 millones de víctimas de escisión en 29 países de África y de Medio Oriente. La UNICEF señala que esta práctica también está en aumento en Europa, Australia, Canadá y Estados Unidos, sobre todo entre los emigrantes llegados de esas regiones.

Traumatismo, infecciones, dolor

Las mutilaciones, llevadas a cabo debido a «factores culturales, religiosos y sociales», «no representan ninguna ventaja para la salud», insiste la OMS.

Causan «traumas sistemáticamente» y pueden provocar la muerte «si la pérdida de sangre es suficientemente importante para ocasionar una conmoción hemorrágica», destaca la UNICEF.

La escisión también puede provocar la esterilidad, una incontinencia urinaria y riesgos de infecciones luego de partos.

Ha sido ilegalizada en numerosos países, pero sigue siendo practicada clandestinamente, en condiciones a menudo insalubres y sin anestesia.

«Esto no tiene nada que ver con la cultura, es una violación de los derechos humanos», declaró el jueves una víctima de la escisión, Kakenya Ntaiya.

Esta práctica «mata los sueños, las esperanzas, las vidas de las jovencitas», agregó esta masai de 36 años, madre de dos niños que actualmente dirige una organización no gubernamental que ayuda a las jóvenes kenianas víctimas de esas prácticas traumatizantes a salir adelante.

La campaña contra la escisión fue lanzada inicialmente en el Reino Unido por una periodista del diario británico The Guardian, Maggie O’Kane.

Una petición logró después que el gobierno impusiera la enseñanza de los peligros de la escisión en las escuelas.

Según O’Kane, unas 20.000 jovencitas están expuestas a esas mutilaciones en el Reino Unido.

Luego, Ban Ki-moon decidió apoyar esos esfuerzos, y pidió a los periodistas que colaborasen en la lucha contra la escisión.

«Las cosas pueden cambiar si los medios otorgan una atención prolongada a las nefastas consecuencias de las (mutilaciones) en términos de salud pública, y a las violaciones de los derechos de cientos de miles de mujeres y de niñas (que ellas representan) en el mundo», dijo Ban Ki-moon el jueves al anunciar la creación de premios que recompensan en Kenia la cobertura de este problema por los medios.

La escisión está prohibida en Kenia, así como en numerosos países, pero todavía es practicada en algunas comunidades.

Este país es la última etapa de una gira de Ban Ki-moon por el Cuerno de África, una región donde la escisión todavía está muy difundida.

Esta semana, el secretario general de la ONU visitó Etiopía, Yibuti y Somalia.

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