Barcelona/España/AFP
Miles de aficionados del FC Barcelona se lanzaron ayer a las calles para celebrar con sus ídolos los títulos de la Liga Española y Copa del Rey en una temporada empañada por la sorprendente caída en Champions contra la Roma.
Equipados con camisetas y banderas azulgranas, los culés aplaudían el paso del autocar descubierto donde viajaban los Messi, Iniesta y compañía, que se hacían fotos con sus móviles, lanzaban confeti a la afición o cantaban el clásico “campeones, campeones”.
Aunque es la octava vez en la historia que el club azulgrana consigue este doblete, el habitual desfile de celebración por el centro de la ciudad catalana fue menos multitudinario y eufórico que en años anteriores, incluso por parte de los jugadores. En parte por caer en medio del puente del 1 de mayo, que muchos barceloneses aprovechan para salir de la ciudad, y por la eliminación en cuartos de final de la Liga de Campeones ante la Roma.
“Es una temporada incompleta, parece que dos títulos sean poco”, afirmó Enric Vilalta, aficionado de 57 años que acudió con sus dos hijos enfundados en camisetas del Barça a la celebración.
“La Copa es poco premio y la Liga está bien, pero es la Champions la que genera ilusión. Puedes perder en semifinales o en la final, pero no en cuartos y contra un equipo inferior”, añadió.
“Nos hemos vuelto un poco sibaritas”, reconoció Javier Gibello, funcionario de 37 años que también llevó a su hijo a ver a sus ídolos. “Lo de Roma es una espina clavada. Pero si hay que ponerles nota, yo les daría un notable alto”.
Pendientes del Madrid
Y es que tras un inicio descorazonador por la marcha del brasileño Neymar y la contundente derrota en la Supercopa de España ante el Real Madrid, los azulgrana se hicieron con la Liga sin conocer la derrota en la primera temporada de Ernesto Valverde como técnico.
Se trata de la séptima en diez años, a lo que se suma su cuarta Copa del Rey consecutiva.
“El problema es que siempre queremos más”, dijo Trini Lorente, aficionada de 58 años con una bandera azulgrana.
“Pero la temporada es muy buena, sobre todo si mañana (martes) pierde el Real Madrid”, bromeó su marido, Jordi Olive, en referencia al partido de vuelta de semifinales de Champions entre el eterno rival y el Bayern de Múnich. Los blancos, que cosecharon un 1-2 en Alemania, están cerca de ganar su tercera Liga de Campeones consecutiva, un hito que escocería a la afición azulgrana.
Debe estar conectado para enviar un comentario.