Londres/dpa
Con dos goles del argentino Lionel Messi, hospital el Barcelona puso un pie y medio en los cuartos de final de la Liga de Campeones de fútbol al vencer 2-0 al Arsenal en el Emirates Stadium de Londres en la ida de los octavos.
Primero con una genialidad del tridente ofensivo azulgrana y luego con un tiro de penal del crack argentino, thumb el Barcelona se impuso tras una segunda mitad arrasadora para encaminar la eliminatoria ante el conjunto inglés y preparar con tranquilidad el choque de vuelta, el 16 de marzo en el Camp Nou.
Messi, además, logró desquitarse del «maleficio» ante el portero checo Petr Cech, a quien no había podido marcarle en los seis partidos anteriores.
Tras una primera mitad sin goles pero de un altísimo ritmo y con varias llegadas de peligro en ambas áreas, el trío Messi-Neymar-Suárez abrió el marcador a los 26 minutos del segundo tiempo con un contragolpe perfecto.
En un abrir y cerrar de ojos, el brasileño Neymar recorrió tres cuartas partes del terreno, dio a Suárez, el uruguayo devolvió y el brasileño encontró solo a Messi por el centro. El argentino paró el balón, dejó en el piso a Cech y lo batió por primera vez en su carrera.
Diez minutos más tarde, volvió a hacerlo desde el punto de penal, tras una infracción que el propio argentino recibió de Flamini. Con el triunfo, el conjunto blaugrana vuelve a marcarle al Arsenal como visitante, como lo hizo en las eliminatorias de 2010 y 2011, en las que avanzó a los cuartos de final.
El partido únicamente se pudo abrir por la destreza individual del tridente ofensivo más peligroso del mundo. El partido comenzó con ambos equipos cautelosos, pero el vendaval se desató pronto y tanto Arsenal como Barcelona pudieron irse al descanso con varios goles en su casillero.
La versión del comienzo del Barcelona desconcertó un poco a su entrenador, Luis Enrique, que se desvivía haciendo señas con su brazo derecho para que avanzaran más en el campo.
Sus dirigidos le hicieron caso después, en la segunda parte. El Barcelona se decidió a tomar el control del juego y se posicionó metros más adelante, comenzó a tomar parcelas del medio que los volantes del Arsenal empezaban a descuidar luego de 45 minutos a una altísima intensidad.
Esta nueva dinámica obligó, por ejemplo, a Alexis Sánchez a retroceder y colaborar más en la marca, bajando incluso hasta contener a Messi por banda derecha.
Y es que el planteamiento de Arsene Wengere, el técnico del Arsenal, había sido ambicioso al inicio: al colocar a su equipo bien adelantado y dispuesto a lucharle la posesión en el inicio al Barcelona, dejó a los blaugranas un tanto desconcertados.
El mediocampo, ese ágora donde se ganan las grandes batallas, había lucido congestionado, sin un dueño claro en la primera parte más allá de las largas posesiones del Barcelona. Pero con un ataque tan contundente como el del Barcelona, siempre es posible encontrar espacios.
Llegando a la hora de partido, con más lugar y ambos equipos más hambrientos de gol, el juego parecía un sinfín de ocasiones una tras otra. Oliver Giroud, Sánchez, Messi y Suárez mantuvieron a Ter Stegen y Cech a resguardo del frío en el Emirates.
Y quien pudo realmente escapar al frío fue Messi, porque a los 71 minutos se le amontonaron todos sus compañeros para celebrar su primer gol ante Cech, que valió el 1-0 y una buena parte de la eliminatoria en la Liga de Campeones.
Lo celebraron justo en la esquina izquierda, donde se ubicaban los cerca de tres mil aficionados del Barcelona que viajaron a Londres.
Luego vendría el segundo tanto del argentino, una verdadera puñalada en el corazón del Arsenal, como había anticipado su entrenador, Arsene Wenger.
El Barcelona revalidó su condición de campeón defensor de la Champions, pese a jugar su décimo noveno juego seguido sin descanso entre semana.
Y Messi, por si le faltaba batir alguna marca, también se desquitó de Cech. Una noche perfecta en la capital británica para el astro mundial y para el Barcelona, un paso más cerca de convertirse en el primer equipo en ganar dos Champions consecutivas.