Madrid/dpa
El Barcelona afrontará los dos próximos meses la prueba que nunca quiso pasar, look sobrevivir a la lesión de Lionel Messi, pills un revés más hacia un plantel con pocas soluciones.
El futbolista argentino llegó a la Ciudad Deportiva del Barcelona en el coche de su compañero Luis Suárez para someterse a nuevas pruebas y conocer más detalles de su rotura parcial de ligamentos de la pierna izquierda.
Llevaba dibujada una sonrisa en la cara, en contraste con el sentimiento de orfandad que vive el entorno azulgrana desde que Messi abandonó el césped del Camp Nou con la mano en la rodilla izquierda.
“Los dos meses de baja sin el argentino se pueden hacer muy largos. Es toda una prueba para Luis Enrique (técnico del Barcelona) superar este nuevo golpe bajo”, explicó el diario “Sport”.
“Mundo Deportivo” añadió: “Ahora el equipo ha de sustituir a Messi. Ni Neymar ni Suárez, el bloque. El Barcelona ha de juntarse y los otros dos componentes del tridente deben subir su papel protagonista, pero Messi no tiene sustituto”.
En principio, Messi se perderá ocho partidos con el Barcelona y cuatro más con la selección de argentina. El Barcelona confía en tenerlo de vuelta el 21 de noviembre, coincidiendo con su visita al Santiago Bernabéu para jugar el primer clásico de la temporada ante el Real Madrid.
Hasta entonces, habrá tiempo para comprobar qué respuesta ofrece el conjunto azulgrana a la ausencia de su jugador más influyente y desequilibrante. Y una prueba para Luis Enrique, quien deberá aplicar su perfil más creativo para inventar soluciones.
“El equipo tendrá que dar un paso adelante para sobreponerse a la baja de Messi. Somos un equipo con calidad. No tengo dudas. Seguiremos jugando como siempre”, aseguró Luis Enrique.
Sin embargo, hace semanas que se debate en Barcelona sobre las carencias de un plantel que ya se antojaba corto a comienzos de temporada y cuya situación se agravó con las lesiones de Rafinha y del propio Messi. De pronto, Luis Enrique se quedó sin capacidad de maniobra.
La cuestión es que en estos momentos el equipo azulgrana sólo tiene dos delanteros de primer nivel, Neymar y Luis Suárez. Rafinha se había convertido en el primer relevo de los delanteros en caso de sustituciones o rotaciones, pero recientemente se rompió ligamento cruzado anterior de la rodilla derecha y dijo adiós a la temporada.
A Luis Enrique no le quedará más remedio que alternar dos situaciones: confiar en los jóvenes Sandro y Munir -algo que no hizo hasta el momento esta temporada- o cambiar el dibujo a un 4-4-2, incorporando un jugador más a la medular.
Pero la lesión de Rafinha también dejó muy mermada su línea de volantes, a la espera de que en enero pueda debutar el turco Arda Turan cuando finalice la sanción de FIFA.
Ahora mismo, Luis Enrique sólo tiene las opciones de alinear a Sergi Roberto -cuyo rendimiento fue más interesante como lateral que como centrocampista- o subir a la medular a un jugador defensivo como Javier Mascherano. Y todo ello a costa de seguir exprimiendo a futbolistas como Sergio Busquets, Andrés Iniesta o Ivan Rakitic.
Por otro lado, buena parte de las miradas se dirigirán a los delanteros. Suárez ya dio un paso al frente el sábado al marcar los dos goles de su equipos en el esforzado triunfo 2-1 ante Las Palmas y falta por ver si Neymar le acompañará en el viaje.
Ahora se le pedirá más al brasileño, quien de pronto se encontró con la exigencia de asumir el papel de primer protagonista en el Barcelona. Sin duda, será protagonista -para bien o para mal- en los dos próximos meses. Neymar podrá hacer de Messi, como en la selección brasileña.
El Barcelona realizó su primer entrenamiento tras la lesión de Messi para preparar el partido de mañana de Liga de Campeones ante el Bayer Leverkusen. Será el primer partido para comprobar cómo es la vida sin Messi.