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Santiago Leiva
Diario Co Latino
Sal, see pimienta y chile. A la “Roja” chilena le bastó una pizca de condimentos para celebrar un triunfo ajustado de 1-0 sobre la selección de El Salvador que, nuevamente, jugó a no perder, a evitar la goleada y se olvidó de la portería contraria.
Quizá haya aplausos de algún sector de la prensa cuscatleca sobre la actuación de la Azul, pero lo cierto es que, sin menospreciar la calidad del rival, los pupilos de Albert Roca, nuevamente quedaron a deber en labores ofensivas.
Chile tampoco lució sus mejores galas, salvo la primera parte y comienzos de la segunda, donde fue una avalancha sobre el arco cuscatleco, en la etapa final del juego también dejó evidencias de cansancio y algunas costuras que un equipo con mayor oficio habría aprovechado.
Claro, salir con un 1-0 del estadio “el Teniente” de la ciudad de Roncagua, también merece algún crédito para la Azul y en eso mucho tuvo que ver la dupla de centrales conformada por Alex Mendoza y Milton Molina; así como el auxilio de Raúl Renderos que prácticamente fue un tercer zaguero, y un Luis Contreras que tomó mucha cafeína y siempre estuvo atento.
Ayer, por enésima vez, Roca, volvió a apostar por un equipo ultra defensivo: un 5-4-1, que a pesar de apostarse como guardias pretorianos en los linderos de su área, no pudieron evitar que el representativo chileno se les metiera hasta la cocina y fusilara al “Motor” Contreras antes del cuarto de hora.
Chile, amo y señor de la pelota; y dueño del terreno, se percató desde muy temprano que los muros confeccionados por Roca, tenían fisuras por los costados y por ahí acomodó su ataque.
Jean Beausejour y Alexis Sánchez, bien asistidos por Jorge “el Mago” Valdivia, hacían destrozos por el carril izquierdo haciendo ver torpe a Xavi García que se quedaba corto ante la velocidad mental y la técnica depurada de demarcación y pases de los andinos. Y por el otro corredor, Andrés Flores y Alex Larín tenía sus propias dificultades para frenar a Mauricio Isla y Juan Vargas. Solo los cierres oportunos de Molina y Mendoza, y las atinadas salidas de Contreras evitaron que el gol llegara antes.
Sin embargo, no siempre se tiene la precisión de reloj “suizo”, y Chile después de una jugada quirúrgicamente elaborada entre Valdivia, Sánchez y Beausejour logró abrir la lata.
El Mago” cogió un balón en la media, la depositó en Sánchez y este la abrió sobre la banda para Beausejour que con un centro retrasado asistió a Valdivia para que avivara el festejo.
Con el marcador abierto la superioridad de los chilenos si hizo categórica. Gary Medel era patrón en la zona baja y sin más que las carreras inútiles de Nelson Bonilla que lo estorbarán, desde ahí salía la “roja” entre toque y toque hasta encontrar el despeje en el área salvadoreña.
Nunca encontró claridad El Salvador para salir jugando, los ahogó siempre la presión de los chilenos y se vieron obligados al pelotazo.
Solo cuando Arturo Álvarez cogía la pelota lograba conseguir algún respiro la zaga Azul.
Eso sí, insuficiente para sacar de su cómodo reposo al meta Johnny Herrera, todo un espectador de lujo a lo largo de los 90 minutos de juego.
En su regreso al césped, Chile quiso finiquitar el duelo de una vez por todas, se apoderó nuevamente de la pelota y comenzó a gravitar por las bandas, pero siempre en la última jugada había una pierna salvadoreña que evitara la caída por segunda vez.
Al ´48, después de un centro preciso de Valdivia, Sánchez despintó el horizontal y más adelante fue Contreras quien tuvo que intervenir en más de dos ocasiones para evitar recoger el balón en el fondo de la red.
Más adelante, Jorge Sampaoli, técnico de los chilenos, que seguramente no se fue satisfecho por el resultado, comenzó a mover sus piezas importantes y con ello bajo un poco Chile de revoluciones y la Azul consiguió no solo un respiro sino un par de tibios disparos a marco.
Álvarez tuvo en sus botines la más clara. Producto de su habilidad se quitó a varios marcadores se abrió espacio y con un remate suave, pero colocado estuvo a punto de enfriar a los chilenos. El balón pasó cerca del poste.
Sólo hasta cuando el partido agonizaba, se atrevió Roca a enviar un segundo delantero, pero el tiempo avanzó rápido como la noche en Chile, una noche que fue testigo de una derrota más de la selección salvadoreña. Una noche en la que Chile, estuvo salado de frente al marco, que le puso pimienta al traslado rápido de la pelota, y que le bastó solo un poquito de chile para festejar.
