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Berlín/dpa
Nadie ni nada parece detener al Bayern Múnich en su carrera por lograr su cuarta Liga alemana de fútbol consecutiva, un título que está un paso más cerca con la victoria de hoy por 3-1 ante el Suttgart.
«Necesitamos sólo tres triunfos más y un empate para lograr algo muy especial, algo que hasta ahora no ha logrado ningún equipo» en la Bundesliga, dijo el entrenador del Bayern, el español Josep Guardiola.
Cuando restan por jugarse apenas cinco fechas, el equipo de Guardiola estiró a ocho puntos la diferencia sobre su inmediato perseguidor, el Borussia Dortmund, que juega el domingo el clásico contra su eterno rival, Schalke.
Ante 60.000 espectadores, el Bayern necesitó la ayuda de un defensor rival, el capitán Georg Niedermeier, con un gol en contra a los 31 minutos, para abrir la senda del trabajoso triunfo ante un Stuttgart que en su lucha por la permanencia en la primera división se había plantado con un esquema muy defensivo.
«Tendría que haber salido todo perfecto para sacar un buen resultado», comentó resignado el entrenador local, Jürgen Kramny.
Antes de jugarse siquiera media hora, Guardiola sorprendió al castigar a uno de sus jugadores preferidos, el chileno Arturo Vidal, al reemplazarlo por el delantero Thomas Müller en la zona medular.
Vidal estaba jugando con demasiada garra y dos faltas duras en apenas 100 segundos, una amonestación y varias advertencias del árbitro le dejaron al borde de ver la tarjeta roja.
«No quise correr riesgos», explicó Guardiola la medida, felicitada por su presidente, Karl Heinz Rummenigge: «Una decisión acertada».
Puso tranquilidad, ya en el segundo tiempo, el lateral austríaco David Alaba cuando conectó de zurda en el área chica un pase del español Juan Bernat.
A los 63′ descontó el máximo goleador del Stuttgart, Daniel Divadi, pero el brasileño Douglas Costa selló la victoria de los bávaros cuando ya terminaba el encuentro.
El Bayern afrontará así con tranquilidad el partido de vuelta de los cuartos de final de la Champions contra el Benfica, al que esta semana venció con un estrecho 1-0 en la ida en Múnich.
El Wolfsburgo, el equipo sorpresa de la semana con el triunfo por 2-0 sobre el Real Madrid en la Liga de Campeones, volvió a mostrar que en la Bundesliga no mantiene el mismo nivel que en Europa. Y además perdió al brasileño Dante, su capitán, expulsado por doble amonestación.
Hoy, jugando en casa, no salió de un empate 1-1 ante el sorprendente Mainz, que está arañando un puesto de Liga de Campeones. Marcha sexto, con 45 puntos, los mismos que el cuarto, el Borussia Mönchengladbach. Los goles en el empate fueron de Andre Schürrle para los locales y del español Jairo, ex Racing de Santander y Sevilla.
Los demás encuentros del sábado se jugaron con el fantasma del descenso muy presente.
El Eintracht Frankfurt tiene la soga al cuello y no puede salir del penúltimo puesto tras caer en casa ante el Hofffenheim por 2-0.
El Werder Bremen, en el que no jugó el peruano Claudio Pizarro por lesión muscular, no sólo perdió en casa 2-1 ante el modesto Augsburgo, sino que además cayó al puesto 16, que lo obligaría a jugar un «playoff» para no perder la categoría.
Otro de los equipos de gran tradición que perdió en casa fue el Hamburgo, que se entregó sin pena ni gloria ante un Darmstadt que venía sin conocer lo que es una victoria desde hace seis encuentros. Hoy puso más ganas que calidad y se llevó los tres puntos con un inapelable 2-1.
El Mönchengladbach, por su parte, que hoy tenía la pretensión de arrimarse a un puesto clasificatorio de la Liga de Campeones, se marchó frustrado del campo del ascendido Ingolstadt y con una derrota inesperada por 1-0. Fue la octava caída seguida como visitante y para el Ingolstadt, ahora octavo, la victoria le aseguró mantener la categoría en su debut histórico en primera división.
Ahora el Mönchengladbach es cuarto, con 45 puntos y a cuatro del tercero, un Hertha de Berlín que el viernes por la noche apenas empató 2-2 con el colista Hannover.
