Mirna Jiménez
Diario Co Latino
El presidente del Banco Central de Reserva (BCR) Óscar Cabrera dijo ayer que con base a las proyecciones elaboradas por esa entidad no se prevé la llegada masiva de salvadoreños provenientes de los Estados Unidos como producto del fin del Estatus de Protección Temporal (TPS, por sus siglas en inglés).
“Primero, los costos por deportación son de $10,000 por persona; segundo, hay alrededor de 150,000 procesos en las cortes (de justicia) y eso hace que, desde nuestra perspectiva, la capacidad instalada para las deportaciones masivas no es una condición. Vemos que sí se van a acelerar las tasas de deportación”, explicó en canal 10.
Cabrera dijo que una variable que no se debe dejar de lado son las acciones que tomen los propios salvadoreños residentes en Estados Unidos si no logran mantener su estatus legal en ese país.
De acuerdo con los datos en poder del BCR, los estados con mayor cantidad de salvadoreños con TPS son California, con 49,100 beneficiados; Maryand, con 19,800; y Nueva York con 16,200. Además, de los 195,000 salvadoreños amparados bajo ese programa, hay alrededor de 171,000 que forman parte de la población ocupada de los Estados Unidos.
36,900 de estos salvadoreños con TPS trabajan en la industria de la construcción, 22,000 se ubican en restaurantes y alimentación, y 11,700 en la parte de servicios. Cabrera agregó que, según los estudios, hay 2.1 millones de salvadoreños que viven en los Estados Unidos y de estos, 800 mil ya son nacidos en ese país, pero de padres salvadoreños.
El presidente del BCR dijo que según los estudios de esa institución recogidos desde la década pasada, El Salvador se ubica en el top 10 de las migraciones en el mundo y el país es una economía de migraciones.
“Lamentablemente nuestra economía ha sido incapaz históricamente de generar empleo digno, eso dio como consecuencia que los salvadoreños, no solo por motivaciones de naturaleza económica, han migrado a los Estados Unidos. Las migraciones cada vez han sido más jóvenes con un nivel de cualificación bien elevada”, señaló.
Cabrera dijo que las políticas implementadas en los años noventa transformaron al país en una economía de servicios con bajo valor agregado, es decir, se planificó el diseño de una fuerza laboral para atraer inversiones con empleos de bajos salarios lo que no abonó a la retención de mano de obra cualificada.
En la actualidad, dijo el presidente del BCR, se está trabajando en la creación de manufactura, el impulso a la agroindustria y la prestación de servicios de mayor complejidad, que generen empleos de mayor calidad.