Francisco Elías Valencia
Mirna Jiménez
@DiarioCo Latino
Rafael Correa dirige los destinos del Ecuador bajo la denominada “revolución ciudadana”, discount que enarbola como una de sus apuestas principales la justicia distributiva, troche que logre terminar con la exclusión.
El Presidente Correa se declara un fiel seguidor de Monseñor Óscar Arnulfo Romero, ailment nuevo beato de la Iglesia católica desde el 23 de mayo pasado, y por ello quiso estar presente en la ceremonia de beatificación.
El mandatario ecuatoriano era un estudiante de 17 años cuando mataron a Romero y dice recordar que los medios de comunicación intentaron en un principio atribuirle el magnicidio a las guerrillas de izquierda.
Para Correa, la beatificación del arzobispo mártir es un “signo de los tiempos” de una iglesia que, según el presidente sudamericana, va a acercarse cada vez más a los pobres de Latinoamérica que es el continente más cristiano pero, a su vez, el “más desigual del mundo”.
En entrevista exclusiva con Diario Co Latino, el líder del Ecuador también se refirió a los movimientos populares que han hecho posible el triunfo de partidos progresistas en América Latina y que ahora luchan por romper con las estructuras de poder que han mantenido en el subdesarrollo a los latinoamericanos. En este punto, Correa hizo especial énfasis en los obstáculos que está imponiendo lo que el denomina medios de comunicación en poder de sectores elitistas, que impulsan campañas sistemáticas de descrédito contra gobernantes de izquierda con la intención de reinstalar estructuras de poder del pasado.
– ¿Presidente Rafael Correa, que significa para usted el ahora beato Monseñor Romero?
Para mí es un hecho histórico trascendental para toda nuestra América, no solo reconocer a un mártir, sino un mártir por los más pobres, por la justicia, que denunció clara, frontalmente las estructuras excluyentes, injustas, de El Salvador, y que se pueden generalizar a toda América Latina. La prensa, en complicidad con el poder, tapando sus tropelías, tapando los abusos, los crímenes de los gobiernos de turno, eso le costó la vida, pero no fue una muerte en vano, mira los frutos que ha dado, así que es una gran alegría.
Yo creo que es un signo de los tiempos, de una iglesia que nuevamente se acerca a los pobres, se acerca a la justicia social en nuestra América, y por supuesto, como persona, Monseñor Romero es un ejemplo e inspiración para todos nosotros.
– ¿Recuerda cuando fue la primera vez que escuchó hablar de Monseñor Óscar Arnulfo Romero?
Bueno, pues ya tenía conciencia política cuando sucedían estas cosas. Monseñor fue asesinado cuando yo tenía unos 17 años, me gradué a los 18, luego en la universidad siempre seguíamos de cerca la guerra civil de El Salvador, el Frente Farabundo Martí. Éramos gente de izquierda, y por supuesto está en la memoria Monseñor Romero, como todos los mártires de El Salvador: Las monjas (de la orden) Mariknoll, el asesinato de los jesuitas en la Universidad Centroamericana, Ignacio Ellacuría y sus compañeros, todas esas cosas las tengo muy presentes, muy cerca, bueno, cuando se da la muerte de Monseñor Romero tenía 17 años, pero en la vida universitaria seguí muy de cerca los acontecimientos de El Salvador.
– ¿América Latina se beneficia con esta beatificación, desde su punto de vista como incide?
América Latina, la iglesia y el mundo entero. Le insisto, yo creo que es un signo de los tiempos. Es un secreto a voces que esta beatificación fue bloqueada por los grupos más conservadores, por los que no quieren que la memoria de Monseñor Romero perdure, inspire, convoque, pero se ha realizado la beatificación, sobre todo, con el empuje del Papa Francisco. Eso significa mucho para El Salvador, para América Latina, para la iglesia, insisto, para mí es signo de los tiempos, como la idea de un papa Latinoamericano, un mártir latinoamericano, yo diría con los pobres. Un signo de los tiempos, como le decía, de una iglesia que va acercarse cada vez más a los pobres de nuestra América. América Latina es el continente más cristianos del mundo, pero a su vez el más desigual, entonces, una iglesia como los de 60, 70 con Puebla, Medellín, que denunciaba las injusticias, entonces, creo que es un retorno a esas raíces tan comprometidas de la iglesia latinoamericana.
– ¿Qué pensó cuando observó esos millares de gente en la plaza?
Ha sido realmente impresionante, de donde yo estaba solo veía la calle frontal y desde allí había centenas de miles de personas, no veía las calles de los costados. Realmente ha sido una explosión de alegría, una fiesta popular.
– Cambiando de tema, ¿Que es el buen vivir: una filosofía, un sistema, un modelo?
Es un concepto de nuestros pueblos ancestrales (aymaras, quechuas), significa no tener más y no ser más, tener lo necesario para vivir dignamente, satisfaciendo necesidades básicas, pero no hay que acumular cada vez más, cada día más caer en el materialismo. Que las necesidades insaciables y otras tonterías que nos enseñan entre otras ciencias, entre comillas, las ciencias económicas.
Sino que insisto, saber vivir, no tener más y no ser más, que luego de satisfacer necesidades de base, vivir en armonía con uno mismo, con los demás seres humanos, con la naturaleza, vivir en armonía entre culturas.
– Usted lo ha puesto en boga en Ecuador, en América Latina y posiblemente en el mundo.¿Cómo ha cambiado la vida de los ecuatorianos con estos proyectos, con estos programas?
En boga lo pusieron los pueblos ancestrales. Eso sí, lo pusimos en la constitución de la república, es uno de los principios que inspira “la revolución ciudadana”, el socialismo del siglo XXI, que también le llaman socialismo del buen vivir. Un socialismo que toma lo mejor de los diferentes socialismos que ha habido como el socialismo clásico, científico, el utópico, el andino de (José Carlos) Mariátegui …. y por supuesto conceptos como comunitarios, filosóficos como el de los pueblos ancestrales.
En cuanto a condiciones de vida, pues en lo tangible, Ecuador ha avanzado muchísimo. Se ha duplicado el ingreso nacional en los 8 años de gobierno. La pobreza ha disminuido drásticamente y ha disminuido más por redistribución que por crecimiento. Por las dos cosas ha disminuido, pero en los procesos de disminución de pobreza en América Latina normalmente era por crecimiento.
Si mejoraban todos, los pueblos eran menos pobres pero la desigualdad se mantenía. En el caso ecuatoriano, más se explica la disminución de la pobreza por mejor redistribución, por intervención adecuada del Estado, por políticas conscientes, que por el crecimiento. Tenemos un país con muchos y mejores servicios, acceso a derecho. Con mayor presencia en el mundo, en forma soberana, en forma digna. Esto es lo que le decía en lo tangible, aunque esto último ya no es tan tangible.
En lo intangible, es un pueblo muy motivado, que después de haber sido saqueado, destrozado, sobre todo, con la crisis bancaria del 1999, después de haber perdido su moneda nacional, haber sido traicionado por muchos gobiernos -en 10 años tuvimos siete presidente- ha recuperado la esperanza, la autoestima, la cohesión social, y cuando los pueblos tienen fe en sí mismos, tienen un proyecto nacional, cuando esos pueblos han recuperado esa confianza, esa autoestima, no hay nada que sea imposible.
– ¿Debe América Latina, apostarle al buen vivir?
Yo creo que la humanidad entera debe replantear el concepto de desarrollo, y realizar con la tecnología actual el concepto de desarrollo. Por ejemplo, el estilo de vida de los neoyorquinos, es imposible, y yo diría indeseable que si fuera posible con adelanto tecnológico, es un reto de la humanidad. Creo que uno de los grandes errores de la izquierda es que no disputó el concepto de desarrollo con el capitalismo. Lo que propuso teóricamente es un método más rápido y menos injusto, pero para llegar a lo mismo: acumulación, consumismo, materialismo, y eso debemos replantearlo, no solo en Ecuador, no solo en América Latina, sino en el mundo entero, porque lo que conocemos como desarrollo hoy en día, tratar de copiarlo es generalizar ese modo de vida, con el consumo energético, con desperdicio de recursos que eso implica, es imposible al menos con el nivel tecnológico actual. Pero incluso si tuviéramos una mejor tecnología, sería indeseable. Usted ve las últimas encuestas, los países más ricos no son los más felices y por el contrario tienden a ser los más infelices, entonces, ahí no está la respuesta, si lo que buscamos es la felicidad humana, el buen vivir.
-¿El buen vivir puede considerarse una nueva modalidad del socialismo?
Mire, una buena pregunta, Yo le diría que no estrictamente hablando, puede ser un concepto universal, de hacia donde queremos ir. Otra cosa es cómo queremos ir y ahí vienen las diferentes ideologías, gente feliz, gente que no busque cada vez tener más, sino ser más, gente que vive en armonía con los seres humanos, con la naturaleza. Debería ser un concepto universal, pero por de pronto básicamente lo ha enarbolado el socialismo del siglo XXI, por eso también se llama el socialismo del buen vivir.
Claro, cae en contradicción con el egoísmo, la apología del egoísmo del mercado, del capitalismo, pero insisto tal vez un capitalismo más humano podría enarbolar también ese concepto, por de pronto el heraldo de ese concepto es el socialismo del siglo XXI.
-¿Con los gobiernos de izquierda y/o progresistas se están consolidando las bases del socialismo del siglo XXI?
Hemos avanzado mucho, pero falta mucho por hacer. Hemos dado pasos gigantescos, pero todo puede ser revertido, todo puede perderse. La base del desarrollo es el cambio del relaciones de poder. ¿porqué América Latina no es lo mismo que América del Norte, si empezamos casi al mismo tiempo nuestra historia?. ¿Cuál es la gran enemiga del desarrollo? las respuestas son múltiples, complejas, pero sin lugar a dudas una respuesta es las clase élite que nos dominó en El Salvador, en Ecuador, en Colombia, en todos lados. Élites excluyentes, como dicen los jóvenes atrasa pueblos, donde los frutos del progresos los acumularon y los utilizaron para distinguirse de los demás no para servir a los demás, no para mejorar el nivel de vida de los demás.
Alexis de Tocqueville, quien escribió Democracia en América, empieza su libro diciendo: lo que más le sorprende es ver la igualdad de condiciones de toda la población. Aquí nunca hubo igualdad de condiciones, aquí para toda la población, aquí en la conquista vinieron los saqueadores a aplastar los pueblos ancestrales, de ahí se derivaron las élites que siempre se acostumbraron a dominar al resto. Incluso élites rentistas, parásitas, que vivían del trabajo de los demás, élites excluyentes.
Entonces, el primer paso para el desarrollo de América Latina es el cambio en las relaciones de poder. Todavía está en disputa ese cambio. Hemos avanzado mucho. Usted lo ha dicho, hay gobiernos progresistas, pero todavía tenemos unos medios de comunicación en manos de las élites que pugnan por volver al pasado Es más, hoy se ve mucho, hay gobiernos progresistas, pero todavía tenemos los medios de comunicación en manos de las élites, que pugnan con volver al pasado, con campañas permanentes de desprestigio que pueden engañar a nuestros pueblos. Hemos iniciado el camino, pero falta mucho por hacer.
-Que habría que hacer, si pensamos que las bases del socialismo están allí, pero las condiciones reales de como se llega al poder son distintas a lo que se plantea en la construcción del socialismo.
Ese es el desafío. Usted puede tener los conceptos, las teorías más bellas, el problema es cómo aplicarlas y para eso tiene que captar el poder político para iniciar, pero en nuestra América, ganar elecciones no es ganar el poder real, el poder real lo tenían los poderes fácticos: el poder económico, el poder social, el poder… hasta religioso y, sobre todo, el poder mediático. Un primer paso es captar ese poder político que también estaba en manos de las élites. Eso es lo que ha pasado en los últimos años en Venezuela, en Bolivia, en Argentina, en Brasil, en Chile, en Urugay, en Ecuador, Nicaragua, El Salvador, pero insisto, es el inicio, ganar elecciones en América Latina no es ganar el poder y para cambiar las estructuras de América Latina usted necesita el poder. Se trata de un problema político, hay que seguir construyendo ese poder popular. Hay que seguir transformando ese estado burgués en estados realmente populares. Ese es el desafío, no hay fórmulas mágicas, es seguir cumpliendo. Hablar de justicia social, pero también de eficiencia, demostrarle a la gente que es posible que si hay un gobierno que es como ellos, trabajador, honesto, que está con ellos y seguir construyendo esa base política para que estos proyectos sean irreversibles, pero los peligros son enormes.
-Usted hablaba del poder mediático, justamente las Naciones Unidas, a finales de la década de los 70 presentaba esa preocupación, sobre todo la concentración de los medios, ¿como está América Latina?
Escuche lo que decía el propio Monseñor Romero sobre los medios. Estábamos recordando con un compañero de la comitiva que cuando recibimos la noticia del asesinato de Monseñor Romero dijeron que lo había asesinado la guerrilla, así se tergiversaba todo. Recuerdo y vea los medios de esa época en El Salvador, decían que había que exorcizar a Romero, comunista, etc,. Entonces, yo creo que el asunto no ha cambiado.
El poder mediático es un problema que debe preocupar a toda la humanidad porque es un poder ilegítimo sin contra peso, pero si ya es un problema persé, es decir, un derecho de estar informado, en manos privadas con fines de lucro y con otros fines inconfesables es mucho mayor problema en América Latina por la falta de ética, falta de profesionalismo, por el descarado involucramiento en política, por la concentración en muy pocas manos. Usted ve en Estados Unidos que son sociedades anónimas con decenas de miles de accionistas y el administrador un profesional. En nuestros países el administrador es el hijo del papi, porque heredó del papi el medio de comunicación. Todo está a nivel de familia, esos medios de comunicación están para defender intereses muy particulares. Esto hay que verlo frontalmente, sste es otro de los grandes desafíos que tiene nuestra América si queremos lograr el buen vivir, la verdadera liberación.
-Los medios de derecha reproducen ataques contra usted, precisamente por algunas posturas suyas contra los medios .¿Qué opina de eso?
Es chistoso, también muchísima vanidad, ellos se auto proclamaron, no, los portavoces de la crítica del poder político, y dicen somos los críticos del poder, somos el contra poder del poder político, pero el que los critica a ellos, en cambio, es atentado a la libertad de prensa.
Es una asimetría ridícula, pura vanidad y puros intereses creados, entonces, hay que perderle el miedo a esas cosas. Claramente, la nueva forma de desgastar a los gobiernos progresistas es con acciones articuladas permanentes de esta prensa nacional e internacional, porque están articulados, eso no se veía hace algunos años. Es lo que hemos llamado en Ecuador la restauración conservadora. Es sistemático el ataque insistiendo sobre lo mismo… repetir una y otra vez la misma cosa para hacer creer que es verdad, sin demostrarlo.
Por ejemplo, dicen que en Ecuador no hay libertad de prensa ¿sabe cuántos periodistas tenemos presos en Ecuador?, ninguno. Pero si un periodista es enjuiciado por su esposa para divorciarse ya es atentado a la libertad de prensa, todo lo tergiversan. Entonces, es la nueva estrategia, desgastar a nuestros gobiernos. Claro que hay una campaña nacional e internacional de ciertos medios, que también defienden sus intereses, porque somos gobiernos que no nos hemos sometido a ese poder mediático.
¿Para concluir, Presidente, qué está haciendo usted para contrarrestar ese poder mediático y qué recomienda para América Latina?
Bueno, lo está haciendo el pueblo ecuatoriano. Vea, es que hay cosas que son tabúes, era imposible hablar, le insisto hay cosas que dan hasta risa hablar. Si un periodista critica al presidente es libertad de expresión, si el presidente critica al periodista o al medio es atentado a la libertad de expresión, es ridículo, si ellos tienen libertad de expresión nosotros también la tenemos, más aún cuando ellos mismos dicen que critican al poder político, si ya se meten en política van a tener respuesta política. Pero en todo caso, yo creo que el problema es más de fondo, el problema de la propiedad de los medios de comunicación aquí y en todos lados, pero sobre todo en América Latina, es decir, propiedad privada, empresas que están generando un derecho, no es una mercancía, el derecho a estar informado, algo fundamental para mantener el tejido social, la comunicación. De ahí viene un problema de base, empresas con fines de lucro proveyendo derecho, yo creo que hay que democratizar los medios de comunicación, buscar propiedad alternativa de los medios de comunicación, propiedad pública, no gubernamental, pública, de todos los ciudadanos, propiedad comunitaria. Medios sin fines de lucro. Es una contradicción el lucro frente al derecho, por definición la empresa privada prevalece lo primero, pero dada las condiciones actuales, incluso, si se lograra hacer lo que le digo, estamos hablando de un poder claramente, ellos dicen somos el cuarto poder, el quinto poder, y todo poder, sea político, económico, social, religioso o mediático debe ser controlado por la sociedad, eso es perfectamente legítimo. ¿Y como controla los poderes la sociedad? por medio de leyes. Entonces, debemos tener buenas leyes de comunicación, que regulen ese poder mediático, eso es lo que hemos logrado en Ecuador. Ahora hasta tienen que rectificar sus mentiras, y por eso tienen más indignación, y mayor campaña diciendo que no hay libertad de expresión, porque insisto, antes hacían mutis por el foro, no respetaban absolutamente nada, ahora, con la ley en la mano, los ciudadanos, no el gobierno, pueden hacer respetar sus derechos y cuando publican alguna mentira tienen obligación de corregir esa mentira, y eso es a lo que no están acostumbrado y les molesta muchísimo.
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