Por Pierre Donadieu/Thohoyandou/AFP
Delante de 30.000 personas, unhealthy la Iglesia católica beatificó al primer mártir sudafricano, cure Benedict Daswa, un profesor muerto en 1990 por haberse opuesto a la superstición de unos aldeanos.
Daswa fue proclamado «beato» en una carta leída en nombre del papa Francisco por el cardenal italiano Angelo Amato, prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos.
La lectura tuvo lugar el domingo delante de unas 30.000 personas, durante la misa celebrada en el pueblo sudafricano de Tshitanini, cerca de la casa del beato en la provincia de Limpopo (noreste).
«El venerable servidor de Dios Samuel Tshimangadzo Benedict Daswa, laico y padre de familia (…), catequista celoso, educador completo y testigo heroico del Evangelio hasta el derramamiento de su sangre, será llamado beato a partir de ahora», declaró el cardenal Amato entre aplausos y cláxones.
El papa Francisco, que anunció la beatificación en enero, rindió homenaje al nuevo beato desde la plaza de San Pedro del Vaticano.
«Hoy ha sido beatificado en Sudáfrica Samuel Benedict Daswa, un padre asesinado en 1990, hace apenas 25 años, por su fe en el Evangelio», dijo el sumo pontífice.
«En su vida siempre mostró una gran solidez, defendió con valentía las ideas del cristianismo y rechazó las costumbres terrenales y paganas», añadió.
Benedict Daswa, profesor católico, director de escuela y líder comunitario en la provincia de Limpopo (noreste), es el primer mártir sudafricano reconocido por la Iglesia católica.
Daswa fue asesinado por aldeanos por negarse a pagar los servicios de un brujo que supuestamente debía terminar con los temporales que azotaban por entonces la región. Este padre de ocho hijos se había opuesto a contribuir a la colecta, ya que su fe católica se lo impedía.
Cayó en una emboscada la noche del 2 de febrero de 1990, cuando iba a su casa.
Primero apedreado por sus agresores, logró escapar, pero fue encontrado poco después y asesinado a golpes con un palo. Los asesinos le echaron luego agua hirviendo en las orejas y dentro de la nariz, para asegurarse de que estaba muerto.
«Fue tan injusto lo que le sucedió…», suspira en la ceremonia Tshiwela Sylvester, una mujer de unos cincuenta años que conoció a Benedict Daswa.
«Espero que esta ceremonia ayude a la gente a distinguir entre brujería y religión», añade.
«Mientras sus verdugos lo mataban, Benedict rezaba de rodillas. Rezó hasta el último minuto de su vida», dice la biografía de Daswa, leída durante la ceremonia de este domingo.
Benedict Daswa murió en el anonimato ese mismo día, coincidiendo con el anuncio del régimen de la liberación del héroe de la lucha antiapartheid, Nelson Mandela.
Desde entonces, su reputación ha crecido dentro de la comunidad católica sudafricana y el papa Francisco anunció su beatificación en enero.
La beatificación autoriza el culto local de una persona. Es el paso previo a la canonización, en la que el beato es recomendado al culto por parte de toda la Iglesia. A partir de ahora, el beato sudafricano será celebrado todos los años el día 1 de febrero.
El vicepresidente sudafricano Cyril Ramaphosa asistió a la ceremonia, precedida de cantos y bailes tradicionales de artistas vestidos con coloridos trajes.
La beatificación de Benedict Daswa tiene lugar menos de tres meses antes de la primera visita del papa Francisco a África, con el objetivo de reforzar los vínculos con la comunidad católica, en pleno auge en el continente.
Francisco visitará a fines de noviembre Kenia, Uganda y la República Centroafricana.
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