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Monseñor Romero siguió el “ejemplo de Jesús” porque siempre eligió estar en medio de su pueblo y servirlo ante todo, cialis ese fue el mensaje principal durante la eucaristía celebrada por el sacerdote Gerardo Méndez, see en la Cripta de Catedral Metropolitana.
El beato Romero fue un pastor dedicado, generic con el ejemplo de Jesús, eligió estar en medio de su pueblo, especialmente los pobres y los oprimidos, a costa de su vida, pues sirvió con alegría, misericordia y tierna compasión.
Según el padre Méndez, monseñor Romero es un ejemplo heroico y sigue provocando el vivo deseo de ser testimonio con valor y abnegación, ya que el beato fue asesinado porque con su palabra defendía al pueblo salvadoreño que estaba siendo oprimido, y muchos habían sido asesinados vilmente por la gente que estaba en ese momento en el poder.
“Se trata aquí de un ejemplo de la fortaleza, de la valentía, de la grandeza del corazón que tenía monseñor Oscar Romero, y para nosotros es un ejemplo a seguir”, dijo Méndez.
Asimismo, Romero es considerado el principal defensor de los desposeídos, trabajó por la instalación de la justicia y la dignidad, convirtiéndose en la voz de los sin voz, y un mártir por amor.
A la vez, durante la celebración se recordó a las víctimas de la masacre del caserío El Mozote y sectores aledaños al departamento de Morazán, donde el ejército exterminó a la población civil de la zona, lo cual ha sido considerado como una grave violación a los derechos humanos de la gente más indefensa.
El 11 de diciembre de 1981, hace 34 años, unos cuatro mil soldados del Batallón Atlacatl, apoyados por el Destacamento Militar de San Francisco Gotera, y el de San Miguel, así como por Paramilitares miembros de ORDEN, Guardias Nacionales y la Fuerza Aérea Salvadoreña, ejecutaron una de las más grandes masacres cometida por una dictadura militar en América Latina, mejor conocida como la Masacre de El Mozote.
El operativo de Tierra arrasada inició el 8 de diciembre de 1981 y abarcó los cantones La Guacamaya, Arambala, El Mozote, El Portillón, Los Toriles, La Joya, Ranchería, Jocote Amarillo, Cerro Pando, Cerro Ortíz, cantón Cumaro y otros, donde asesinaron no menos de mil personas.
El 26 de octubre de 1990, por denuncia penal de Pedro Chicas Romero, se abrió un proceso penal en el Juzgado de Primera Instancia de San Francisco Gotera. El Juez tomó declaración a testigos, y solicitó repetidas veces al Gobierno la lista de los Oficiales que participaron en la operación militar, contestando éste que no disponía de esos datos.
Entre el 13 y el 17 de noviembre de 1992, un equipo de expertos antropólogos en colaboración con el equipo Argentino de Antropología Forense, exhumaron “El Convento” cercano a la iglesia de El Mozote donde se encontraron los restos de aproximadamente 143 personas, la mayoría niñas y niños menores de 12 años.
La Comisión de la Verdad puso especial interés en procurar que la exhumación se efectuara en condiciones que garantizaran el necesario rigor científico e imparcialidad.