Liliana Martínez-Scarpellini
LOS ÁNGELES/dpa
Los superhéroes puede que no sean tan malos para el intelecto como presuponía Alejandro González Iñárritu, sovaldi pues de una montaña de millones de dólares pueden surgir oportunidades interesantes como la que ha tenido Chris Evans con su debut como director en “Before We Go”.
Es cierto que parece un salto muy temprano para el joven actor, sildenafil ahora que su rostro ha empezado a erigirse en popular entre las masas con dos entregas de “Captain America” y otras dos de “The Avengers”, discount pero el de Boston, Massachusetts, lo tenía claro a los 34 años.
Para su debut eligió una historia romántica de principio a fin que él mismo protagoniza junto a la británica Alice Eve, una trama hasta cierto punto previsible pero que cuenta con esa magia de la que disfrutan tantos espectadores ávidos de cuentos de hadas en pantalla.
Ambos se encuentran una noche en la estación Grand Central de Nueva York. Ella (Brooke) está tratando de alcanzar un tren a la 1:30 de la madrugada con dirección a Boston, pero entre medias le roban y lo pierde.
Se topa entonces con un joven (Nick) al que cuenta que está atrapada, sin un centavo, en la Gran Manzana. A pesar de que hay cierta tensión de inicio, una cosa lleva a la otra y juntos deciden emprender una aventura para encontrar el bolso robado de Brooke.
Como es de suponer, la química entre ambos va creciendo a medida que transcurre la película, transformando la que ella presuponía que iba a ser una de las peores noches de su vida, en una de la mejores. Cosas del destino, que se suele decir en estos casos cinematográficos.
La película, con un reparto limitado a los dos personajes centrales y un presupuesto más bien modesto, se rodó en 19 días en Manhattan y pasó primero por el Festival de Cine de Toronto antes de encontrar distribuidora en Estados Unidos.
El propio Evans admite que tuvo muy poco tiempo para trabajar en ella por lo apretado del calendario con los filmes de Marvel. “Terminamos de filmar en agosto con Marvel y rodamos esta entre noviembre y diciembre”, explica. “Después tuvimos que editar durante los siguientes meses, siempre corriendo”.
En cuanto al guión, admite que siempre ha sido un gran fan del romance y esta cinta captura la esencia de lo que significa encontrarse a alguien de una forma pura y fortuita. “Tienes a dos personajes que estaban dolidos, huyendo y corriendo, y que estaban necesitados de entender lo que significa el amor”.
El musculoso Capitán América admite que no tenía grandes expectativas al presentar su cinta en Toronto, pero sí la satisfacción de haber podido cumplir un sueño. “No esperábamos ganar un Oscar ni nada por el estilo”, confiesa.
Según contó, en su primera experiencia tras la cámara y como persona creativa que es, le “fascinó el proceso”, y lo toma como un aprendizaje. “Estoy emocionado por poderlo hacer de nuevo. Pase lo que pase, solo pienso en el siguiente proyecto”, confesó.
En cuanto a su tipo de película neoyorquina, Evans indicó que la mayoría de las cintas nocturnas sobre la gran ciudad “muestran un animal salvaje que nunca duerme”, pero él quería hacer algo “silencioso”.
“Quise mostrar la ciudad como un mundo íntimo donde dos personas pueden explorarse mutuamente. Nueva York tiene un aura romántica especial, que en mi opinión era el escenario perfecto para una historia de amor”.
Evans tampoco tiene grandes expectativas con respecto al desempeño del filme en taquilla, puesto que apenas pasará por unos pocos cines y se estrenará en la opción de visionado a la carta. No obstante, ésta supone un primer paso para el “superhéroe” con ínfulas de director.