Rosmeri Alfaro
@RosmeriAlfaro
Los libros son el pasaporte a la imaginación, el conocimiento y la libertad.
Izalco escribió una nueva página en la búsqueda de la superación de sus habitantes por medio del conocimiento, al inaugurar la primera Biblioteca Pública Interactiva del municipio, proyecto realizado por la Alcaldía del Común, que no solo beneficiará a la Comunidad Indígena sino a todo el pueblo.
Los miembros de la instancia indígena, tienen claro que la lectura no solo educa sino mejora las relaciones humanas, volviendo a las personas más tolerantes al mejorar la comunicación y la comprensión de diferentes ideas y pensamientos.
Aunque no cuentan con ingresos económicos provenientes del gobierno central, como las 262 municipalidades del país, la Alcaldía del Común abrió las puertas de esta casa de la sabiduría como un esfuerzo para mejorar el aprendizaje de niños y adultos que no tienen acceso a un libro, mucho menos a una computadora.
En un emotivo discurso el Alcalde del Común, Mateo Rafael Latin, mostró su satisfacción con el proyecto culminado.
Latin recordó sus días de infancia cuando lloró al no poder seguir estudiando. “Hoy es al revés porque puedo llorar de alegría, porque lo que sufrí me impulsó, para que este día esté ante ustedes dándole vida a este proyecto y pidiendo su apoyo porque lo que se avecina es muy fuerte”, manifestó.
La idea nació en 2015, ante la ausencia de centros de documentación y estudio, y la necesidad de contar con una Biblioteca Pública Interactiva en el municipio.
La biblioteca cuenta con materiales bibliográficos de diferentes áreas como: filosofía, religión, ciencias políticas, economía y educación, lingüística, tecnología, historia, entre otras.
Los amantes de la lectura también podrán consultar enciclopedias y diccionarios; incluso diferentes colecciones de libros, entre ellas una en braille para las personas no videntes, todo lo anterior respetando las normas internacionales de la ciencia bibliotecológica.
La coordinadora y ejecutora del proyecto, María Teresa Godínez recordó como las acciones para la recolección de libros comenzaron el mismo año visitando diferentes instituciones para gestionar material bibliográfico, hemerográfico y documental.
La Biblioteca Nacional, la Dirección de Publicaciones e Impresos, el Museo de la Palabra y la Imagen, Grupo Maíz, Fundabril, Las Dignas, Universidad de El Salvador, y amigos cercanos a la Alcadía del Común son solo algunos de los que contribuyeron con sus donaciones para que este proyecto fuera posible.
“Muchas personas dicen que las bibliotecas son obsoletas. No cuando tienen vida, no cuando son interactivas y cuando se generan actividades culturales, artísticas y académicas en ella”, expresó.
Pero la biblioteca no solo contará con libros de autores extranjeros. Los representantes de la Alcaldía del Común informaron que pronto iniciarán la segunda etapa del proyecto, con la preparación de la colección de libros vivos, donde recopilarán mediante entrevistas, la experiencia de los ancianos de la comunidad. Asimismo, trabajarán en la recuperación de documentos históricos que se encuentran dispersos, también realizarán convenios con archivos y bibliotecas a nivel mundial para acceder de forma virtual a documentación relacionada con la historia, especialmente de los pueblos indígenas.
Se tiene proyectado realizar actividades como “el autor del mes” y “el libro del mes”, con el propósito de involucrar a los visitantes en la cultura propia de la región. De igual forma, realizarán talleres de artesanías, papel picado, de nahuat y música ancestral, todo desde la óptica de la cosmovisión ancestral.
Otra de las ideas es realizar la “hora del cuento” para niños de primera infancia, y continuar alfabetizando a adultos mayores y personas no videntes.
Francisco Ríos, de 83 años de edad, es uno de los adultos mayores que asisten a clases de alfabetización impartidas por la alcaldía desde hace más de un año. Las condiciones por las que pasó hicieron imposible que aprendiera a leer y escribir. Sin embargo, está consiente que nunca es tarde para obtener nuevos conocimientos.
“Antes no sabía nada, ahora ya puedo escribir mi nombre y ya firmo en las reuniones a las que asisto. Antes me daba pena porque todos firmaban y solo yo ponía huella”, afirmó este izalqueño, cuyas manos, que por décadas manipularon herramientas de trabajo, ahora sostienen un lápiz y forjan letras e ideas en el papel.
La Alcaldía del Común de Izalco, no solo abrió las puertas a una colección de libros para el municipio, sino a nuevas oportunidades de desarrollo a través del conocimiento, contribuyendo así al cese de la violencia a través de la cultura y heredando un legado histórico al municipio.
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