Caralvá
Intimissimun
Al menos la Historia nos ayuda a comprender que los caminos de las repúblicas son conocidos, es muy poco el nuevo horizonte que los gobernantes proponen a los ciudadanos, así sea un siglo u otro el concepto del “bien común” es la insignia que acompaña el destino de la nación.
En estos tiempos del siglo XXI escuchamos concepto de “reelección”, “reforma constitucional”,
“cambio de constitución”, “segundo mandato”, “reemplazo de magistrados ilegalmente” etc. eventos sociales y políticos que afectan nuestro futuro… no solo por una gestión de administración gubernamental sino por las consecuencias del porvenir de las nuevas generaciones.
Hemos anotado hace un par de años: “¿Qué nos interesa de la fecha 15 de septiembre de 2021?
La mejor respuesta – desde mi perspectiva- es la vigencia de los conceptos que han evolucionado en nuestra historia desde hace doscientos años.
¿Qué elementos pueden encontrarse evolucionados o involucionados desde tiempos coloniales? Efectivamente algunos principios, normas, instituciones etc., acompañaron los iniciales movimientos revolucionarios en el proceso de emancipación, nombremos algunos: Propiedad, Constitución, Libertad, Igualdad, Elecciones, Diputados, República, Iglesia (Clero Insurgente y Contrainsurgente) Movimientos Populares, Violencia, Condenas a insurgentes, Liberación de Insurgentes, Partidos Políticos, Independencia, Insurgentes Constituyentes, años después “el nacionalismo enemigo de la nacionalidad” en las provincias de Centroamérica… etc.”
Como puede observarse el momento de la formación social de la República coinciden con el modelo económico prevalente de ese siglo, así nos orientamos en cada momento en los avances de las luchas populares, aunque también pueden acontecer transiciones desde las formas gubernamentales hacia las clases populares, como los cambios de Reformas Agrarias, los derechos a elegir gobernantes, participación ciudadana, la cultura y educación, salud etc.
Un signo de observación vigente son las instituciones, si éstas no funcionan, entonces el resultado es la pobreza en cualquiera de sus expresiones: cultural, económica, política que deriva en la corrupción.
Algunos temas parecerían arcaicos, como el tema Iglesia-Estado, si se considera que es un tema expirado, veamos lo que sucede en estos momentos entre el Gobierno de Nicaragua y la Iglesia Católica; de esa forma repasar otros eventos en nuestra nación como la crisis entre la administración de Gerardo Barrios y la Iglesia conservadora del siglo XIX o los años ochenta del siglo pasado durante la guerra civil.
No se trata de observar los hechos en forma lineal, sino bajo la forma de principios republicanos y democráticos, bajo la óptica de los Derechos Humanos (que para algunos es comunismo), se trata del ascenso social, no hacia la utopía, sino hacia la forma posible de una sociedad mejor, porque se debe aceptar que las formas de exclusión en todas sus variantes es la causante de la masiva pobreza que nos acompaña, vivimos la cultura de pobreza que al final es el verdadero problema de la nación.
El tema del Bicentenario de El Salvador 1821-1821 + 2, se proyecta en el tiempo puesto que somos a fin de cuentas una nación en “construcción”, que puede avanzar o retroceder, puede evolucionar o involucionar, continuar en la legalidad o empantanarse en la ilegalidad, el parámetro de ello es la Justicia Internacional, el modelo económico que satisface a las mayorías, la democracia que invita a la confianza de inversión internacional etc.
“La pasión de interpretaciones sobre estos eventos es comprensible, pero los hechos son evidentes y deben ser reseñados, por ejemplo: el movimiento de 1811 y 1814 fueron eventos populares, violentos, con muertes de insurgentes, con elementos fundacionales como Constitución (1814), República (1814), existen afrosalvadoreños que lideran movimientos insurreccionales, excomuniones, difamación pública, además de la perseverancia de los insurgentes a pesar de la prisión, las condenas e incluso intento de asesinato”. “Desde tiempos de la conquista, la violencia es la bandera que acompaña a nuestros pueblos, existe esa violencia del imperio español justificada por la Iglesia con su clero contrainsurgente que se prolonga en espacio y tiempo, por ello existe en nuestro ADN histórico el océano de amigo-enemigo que debemos superar; es un buen momento para comprender el Bicentenario de la Independencia”. Así anotamos en su momento nuestra visión.
Estos conceptos nos guían para futuras aportaciones, así funciona la academia con investigaciones.
Bibliografía
El Salvador 1821-2021 Bicentenario de la Independencia