Por Edgar Calderón
Ciudad de Guatemala/AFP
El vicepresidente de Estados Unidos, treatment treatment Joe Biden, ed purchase acabó el viernes con la expectativa de los gobiernos centroamericanos sobre un trato migratorio especial para los niños de la región que ingresan ilegalmente a su país, sick cuyo flujo ha aumentado exponencialmente en los últimos meses.
En un encuentro celebrado en Guatemala con los presidentes guatemalteco, Otto Pérez, y salvadoreño, Salvador Sánchez, así como con autoridades de México y Honduras, Biden reiteró que su país devolverá a los menores a sus respectivos países.
Biden manifestó que Washington entiende que la pobreza y la violencia son la principal causa de esa oleada migratoria, pero fue tajante en que la solución del problema no pasa por que Estados Unidos acepte el ingreso de esa población.
El vicepresidente subrayó que los niños que lleguen a su país carecen de beneficios migratorios. Los gobernantes centroamericanos pretenden que en el tema impere el principio de reunificación familiar, que es uno de los principales móviles de la ola migratoria.
El canciller guatemalteco, Fernando Carrera, reconoció tras el encuentro la «crisis humanitaria» de los niños y jóvenes centroamericanos y anunció que por ello se tomarán medidas para frenar las razones que llevan a ese flujo migratorio.
«Hemos tenido un diálogo franco. El aporte de Honduras fue fundamental, porque dio luz sobre cómo buscar soluciones y servirá de orientación para la acción futura en Centroamérica», aseguró Carrera.
Reunificación familiar: una solución
«Hemos sostenido hoy que la solución de la crisis humanitaria debe darse aplicando el principio del interés superior del niño. Todo lo que hagamos, todas las decisiones deben basarse en el interés de nuestros niños», sostuvo el ministro coordinador del gobierno hondureño, Jorge Hernández, quien participó en el encuentro y sostuvo que la posición de su país coincide con las de Guatemala y El Salvador.
En esa línea, las soluciones que se adopten deberían tener «como principio la reunificación familiar; este es un principio internacional aceptado, así que los niños deberían reunificarse con los padres en Estados Unidos y en los países centroamericanos».
La canciller hondureña, Mireya Agüero, anunció que su país preparará una reunión internacional -probablemente el 16 y 17 de julio-, con la asistencia de los cinco países involucrados, la OEA, oficinas de la ONU sobre derechos humanos, refugiados y la niñez (Unicef), así como organismos no gubernamentales.
«La situación que está sucediendo es insostenible e inaceptable (…). Todo el problema de la migración es un problema compartido entre Estados Unidos, México y Centroamérica», había declarado previamente Biden.
Las raíces de la migración
Según el vicepresidente norteamericano, las principales causas de este fenómeno migratorio radican sobre todo en «la pobreza, la inseguridad y ausencia de un estado de derecho para que la gente pueda permanecer y vivir en plenitud en sus comunidades».
Ante ello, Biden dijo que su gobierno aportará a Guatemala 40 millones de dólares en los próximos cinco años para proyectos con niños en riesgo de viajar sin acompañante a su país.
Simultáneamente, en Washington, un grupo de legisladores propuso aumentar un programa de ayuda a Centroamérica en materia de seguridad, de 130 a 230 millones de dólares, para contener la oleada de inmigrantes indocumentados.
Cifras estadounidenses indican que del 1 de octubre de 2012 al 30 de septiembre de 2013 fueron interceptados 24.493 menores que ingresaron clandestinamente a Estados Unidos sin compañía de un adulto. Pero en los ocho meses siguientes la cifra se multiplicó a más de 47.000, un fenómeno que el presidente Barack Obama ha calificado de crisis humanitaria.
Mientras tanto, Otto Pérez anunció el inicio de una campaña de concienciación sobre los peligros de la migración, en especial con los niños sin acompañante.
Pérez dijo que reiteró a Biden la necesidad de otorgar a miles de inmigrantes guatemaltecos en Estados Unidos un Estatuto de Protección Temporal (TPS), en beneficio para buscar trabajo legal y del que ya gozan El Salvador y Honduras.
No obstante, reconoció «que la solución definitiva» es una reforma migratoria y una reunificación familiar legal.