San José / AFP
Cientos de sindicalistas bloquearon el lunes rutas de Costa Rica al iniciar la tercera semana de una huelga del sector público contra un proyecto de reforma fiscal en discusión en el Congreso.
Decenas de personas, muchos de ellos con las camisas amarillas del Instituto Costarricense de Electricidad (ICE) marcharon por la céntrica avenida segunda de San José rumbo a la Asamblea Legislativa (parlamento) para expresar su rechazo a la reforma fiscal en discusión por los diputados.
Desde una tarima, una animadora puso a los manifestantes a bailar reggaetón frente a la sede legislativa.
En tanto, dirigentes de los sindicatos del sector público tenían previsto retomar este lunes el diálogo con el gobierno, interrumpido tras una maratónica sesión el sábado pasado que culminó cerca de medianoche.
El ministro de Trabajo, Steven Núñez, quien encabeza la delegación gubernamental en el diálogo, dijo que había un 50% de avance en las discusiones para levantar la huelga, después de cuatro sesiones de discusiones.
Aún así, el movimiento de Unidad Sindical publicó en sus redes sociales planes de movilizaciones para toda esta semana, incluida una marcha nacional en San José este miércoles, en un indicio de que no piensan deponer el paro.
Los sindicatos del sector pública iniciaron la huelga indefinida el 10 de setiembre en oposición a la reforma fiscal, que incluye aumentos de impuestos, con el que el gobierno busca contener un creciente déficit fiscal, que en 2017 alcanzó 6,2% del producto interno bruto (PIB).
«En vísperas de la tercera semana de la huelga general, importantes conclusiones afloran: la unión sindical está firme», publicó este domingo en Twitter Albino Vargas, líder de la Asociación Nacional de Empleados Públicos y Privados.
Los trabajadores reclaman que el grueso de los nuevos impuestos recaen sobre los trabajadores, aunque el gobierno aseguró que 80% de la recaudación futura recaerá sobre el 20% de más ingresos.
La mayor parte de las instituciones estatales han funcionado normalmente durante la huelga, aunque la paralización generó trastornos en los hospitales y centros educativos públicos.
También provocó bloqueos de carreteras, impidió el acceso a la principal terminal portuaria del país y a los puntos de distribución de combustibles.
Sin embargo, el gobierno aseguró este lunes que la distribución de combustibles estaba normal en todo el país.