Gloria Silvia Orellana
@DiarioCoLatino
El Banco Mundial (BM) informó que habrá una “desaceleración abrupta y prolongada que golpeará con fuerza a los países en desarrollo”, observación que se desprende del reciente informe: Perspectivas Económicas Mundiales.
“El crecimiento mundial se está desacelerando marcadamente debido a la elevada inflación, el aumento de las tasas de interés, la reducción de las inversiones y las perturbaciones causadas por la invasión de Rusia a Ucrania”, reseña el informe.
En términos económicos una “desaceleración económica” se entiende como una caída o una disminución de las actividades económicas durante un lapso de tiempo dentro del ciclo económico que impactan a las poblaciones que viven en pobreza.
El Banco Mundial advierte que esta “frágil situación económica” a escala mundial, y cualquier nuevo acontecimiento adverso como una inflación más alta que la prevista, los aumentos abruptos de las tasas de interés para contenerla, el resurgimiento de la pandemia por COVID-19, o la intensificación confrontativa por “tensiones geopolíticas” pueden ser elementos suficientes para empujar a la economía mundial a la “recesión”. Lo que sería la primera vez en más de 80 años que se producen dos recesiones mundiales en la misma década.
“Se prevé que la economía mundial crecerá de 1,7% en 2023 y un 2,7% en 2024. La fuerte desaceleración del crecimiento será generalizada: los pronósticos se corregirán a la baja para el 95% de las economías avanzadas y para casi el 70% de los mercados emergentes y las economías en desarrollo (MEED)”, acota el informe.
En cuanto al ingreso per cápita de los Mercados Emergentes y Economías en Desarrollo, analistas del Banco Mundial prevé que estarán en un promedio en el 2,8%, que es un punto porcentual inferior al promedio registrado en el período 2010-2019.
Como en África subsariana que representa alrededor del 60% de las personas en el mundo que se encuentran en “pobreza extrema”, por lo que esperan que el crecimiento del ingreso per cápita para 2023-2024, sea de un promedio que apenas llegue al 1,2%, lo que consideran una tasa que podría provocar que los niveles de pobreza aumenten en lugar de disminuir.
“La crisis que enfrenta el desarrollo se está intensificando a medida que las perspectivas de crecimiento mundial se deterioran”, dijo David Malpass, presidente del Banco Mundial.
“Los países emergentes y en desarrollo se enfrentan a un período de varios años de crecimiento lento impulsado por una pesada carga de la deuda y escasas inversiones; al mismo tiempo, el capital mundial es absorbido por las economías avanzadas que enfrentan niveles de deuda pública extremadamente altos y tasas de interés crecientes”, subrayó.
Calificando de “grave” que este bajo nivel de crecimiento e inversión empresarial, termine debilitando y generando retrocesos en materia de educación, salud, pobreza e infraestructura que indicó son “situaciones que ya son devastadores, así como las crecientes demandas derivadas del cambio climático”, sostuvo Malpass.
El informe recalca que el crecimiento de las economías avanzadas se desacelerará del 2,5% en 2022, al 0,5% para 2023. Lo que en las últimas dos décadas las desaceleraciones de esta magnitud han sido la “antesala de una recesión mundial”.
“En Estados Unidos, el crecimiento caerá al 0,5% en 2023, (1,9%) por debajo de los pronósticos anteriores y el desempeño más deficiente fuera de las recesiones oficiales desde 1970”, enfatiza.
“En 2023 se espera que la zona del euro no registre crecimiento, lo que representa una revisión a la baja de 1,9%. Y China crecerá un 4,3%, es decir 0,9% por debajo de los pronósticos anteriores”, indicaron.
A parte del caso de China, los analistas del BM prevén que el crecimiento de las Mercados Emergentes y Economías en Desarrollo, experimentarán una desaceleración del 3,8% en 2022 al 2,7% en 2023, que refleja una “demanda externa considerablemente menor agravada por la elevada inflación, la depreciación monetaria y condiciones de financiamiento más restrictivas”, a la que pueden sumarse otros factores adversos de origen interno.
“Para fines de 2024, los niveles del Producto Interno Bruto (PIB) en las economías emergentes y en desarrollo serán aproximadamente un 6% inferiores a los niveles previstos antes de la pandemia. Si bien se prevé que la inflación mundial se modere, se mantendrá por encima de los niveles prepandemia”, enuncia.
Del informe del Banco Mundial también se desprende la primera evaluación integral de las perspectivas a mediano plazo para el crecimiento de la inversión en los Mercados Emergentes y Economías en Desarrollo (MEED), en el cual, advierten que durante el período 2022-2024 será probable que la “inversión bruta” en estas economías crezca alrededor de un 3,5% en promedio, que significa menos de la mitad de la tasa que prevaleció dos décadas anteriores.
Del mismo modo el informe del Banco Mundial ofrece una lista de opciones para acelerar el crecimiento de la inversión a los encargados de la formulación de políticas de los países.
“La falta de inversiones genera gran preocupación porque está asociada con bajos niveles de productividad y de actividad comercial, y empeora las perspectivas económicas generales. Sin un crecimiento sólido y sostenido de las inversiones, es sencillamente imposible avanzar de manera significativa en la consecución de objetivos climáticos y de desarrollo más amplios”, explicó Ayhan Kose, director del Grupo de Perspectivas del Banco Mundial.
“Las políticas nacionales para impulsar el crecimiento de la inversión deben adaptarse a las circunstancias de cada país, pero siempre comienzan con la creación de marcos de política fiscal y monetaria sólidos y la introducción de reformas integrales destinadas a mejorar el clima para la inversión”, indicó Kose.