Tomado de la Jornada
El gobierno de Bolivia solicitó el lunes a la embajadora de México y al cónsul de España que se retiren del país andino, luego de que el Gobierno mexicano denunció que autoridades bolivianas retuvieron los automóviles de funcionarios españoles que visitaron su residencia diplomática en La Paz.
«El Gobierno (…) ha decidido declarar persona no grata a la embajadora de México en Bolivia, María Teresa Mercado (y al) cónsul de España en Bolivia, Álvaro Fernández», dijo la presidenta boliviana interina, Jeanine Añez, quien solicitó que abandonen el país en las próximas 72 horas.
La mandataria acusó a los diplomáticos de haber «lesionado gravemente la soberanía y la dignidad del pueblo y del gobierno constitucional de Bolivia» y ordenó que «abandonen el país en un plazo de 72 horas».
Los tres funcionarios diplomáticos han sido denunciados por la cancillería boliviana del incidente registrado el viernes pasado en la embajada de México en La Paz, donde están asilados de nueve a diez funcionarios del expresidente Evo Morales, tras su dimisión el 10 de noviembre pasado.
Según el gobierno boliviano, la encargada de negocios y el cónsul llegaron a la embajada de México, junto con personal «encapuchado y presuntamente armado» de seguridad, con el objetivo de evacuar al exministro Juan Ramón Quintana, brazo derecho de Morales desde que llegó al poder en 2006.
Bolivia ya había enviado a España el sábado una nota de «protesta enérgica», mientras que Madrid negó «rotundamente» que la visita haya sido para «facilitar la salida» de funcionarios de Morales y que, en todo caso, se trataba de una visita «exclusivamente de cortesía».
España también informó que mandará a Bolivia una misión de investigación, mientras La Paz reitera que sobre los asilados hay pedidos de aprehensión de la fiscalía o solicitudes de investigación, por lo que reiteró su negativa a darles salvoconductos para que dejen el país.
Áñez dijo que hubo «una conducta hostil» de los diplomáticos españoles, «intentando ingresar de forma subrepticia y clandestina a la residencia de México en Bolivia».
La relación diplomática entre Bolivia y México se deterioró luego de que el presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador otorgó en noviembre asilo político al expresidente Evo Morales, que renunció a su cargo a inicios de noviembre en medio de unas cuestionadas elecciones que había ganado.
Morales fue presionado a renunciar por las fuerzas armadas, en lo que él sostiene que fue un golpe de Estado.