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Bonnie deja el desnudo la vulnerabilidad de El Salvador

Una hora de una torrencial lluvia la noche del pasado 2 de julio, provocada por los efectos de la tormenta tropical Bonnie, que pasó lejana a la costa salvadoreña, fue suficiente para dejar al desnudo, una vez más, la vulnerabilidad de El Salvador. Esta vez los efectos más severos fueron en el gran San Salvador, donde las inundaciones y otros daños no se dejaron esperar.

El ministerio de Gobernación informó que esa hora de intensa lluvia, casi cien milímetros por segundo, dejó dos personas muertas, pero, además, 188 viviendas dañadas, 12 deslizamientos, diez inundaciones, 13 vías obstruidas, 29 árboles caídos, seis muros colapsados y más de un centenar de personas en albergues. Dos puntos fueron los más afectados en el Gran San Salvador, en la colonia San Francisco, donde se ha declarado alerta roja, luego de que colapsara totalmente una bóveda que, por cierto, cada vez que ha llovido fuerte ha sufrido daños desde hace más de 15 años, pero sobre todo en los últimos tres, así como en una residencial de la colonia Santa Lucía, en Ilopango.

El presidente de la República, ante las denuncias de la sociedad en las redes sociales, tomando en cuenta que la noche de los destrozos no se vio a ni un tan solo funcionario de gobierno, llámese ministros, diputados o alcaldes, posando ante los fotógrafos oficiales, suspendió las clases por tres días a escala nacional, a pesar de que el peligro ya había pasado. Luego decretó el Estado de Emergencia, esto último, para supuestamente atender a las víctimas. Es decir, la utilización de los recursos sin pasar por los procesos de la LACAP.

Por cierto, si bien tiene sentido en un momento de emergencia utilizar los recursos de forma expedita, esto no debería ser motivo para no informar de lo que se gasta o invierte en los afectados, muchos menos declarar en “reserva” la información.

Esa hora de desastre en El Salvador debió dejar lecciones aprendidas a este gobierno. La principal lección, creemos, debió ser la disponibilidad de recursos a las municipalidades, esto quiere decir volver a la descentralización de los recursos que se utilicen para las inversiones de las municipalidades. Lo anterior pasa porque el Gobierno del presidente Bukele regrese el FODES a las alcaldías, y si es necesario modificar la ley, para el mejor control de los fondos, está bien, pero que se les permita tener recursos, sobre todo porque el país entero es vulnerable, y los primeros en enfrentar los efectos de esa vulnerabilidad deberían ser las municipalidad.

La DOM es una institución que no tiene la capacidad instalada para atender los efectos del cambio climático en los 262 municipios, por eso es importante la descentralización. Además, de que está claro, que esa institución tiene como misión, de hecho, hacer propaganda al partido de Gobierno.

Es importante, también, que dado a la vulnerabilidad y por los efectos del cambio climático, el Gobierno del presidente Bukele, sin entorpecer el desarrollo, debería prohibir las construcciones masivas en zonas que son espacios de recarga acuífera o que la destrucción de bosques permita mayor correntía que afecta las zonas bajas de las ciudades como suele suceder en la capital.

Antes, en San Salvador, se inundaba solo la zona baja, pero por la destrucción de bosques en diferentes puntos de los alrededores de la capital, las inundaciones se dan en los cuatro puntos cardinales. Y, por último, el Gobierno de Bukele debería, en un Plan de Gobierno, definir nuevas prioridades, dado que no carece de recursos, en invertir en lo que más se necesita, por el tema del cambio climático. Si existiera ese plan, con las prioridades más urgentes, esos cuatro millones de dólares gastados en el hospital de mascotas, debió utilizarlo para cambiar el techo del Hospital Rosales.

Por cierto, el Presidente Bukele debería pedir explicaciones al ministerio de Obras Públicas y al de Salud, por haber gastado varios millones de dólares en la reparación y supuesto mejoramiento de la red hospitalaria de hace aproximadamente año y medio, pues esa hora de lluvias provocada por Bonnie dejó al descubierto un MAL TRABAJO.

El presidente Bukele debería repensar si debe construir la “Ciudad Bitcoin”, pues lo que debería hacer es construir nuevas colonias para sacar de las riberas de los ríos a millares de salvadoreños que allí residen por falta de acceso a viviendas dignas.

El Gobierno del presidente Bukele, dado que solo le faltan dos años de su gobierno, si es que no viola la Constitución y se reelige, debería pensar o dejar trazadas las nuevas prioridades del país, a partir de su vulnerabilidad estructural.

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