Por Daniel García Marco (dpa)
Las cámaras y el software triangulan la posición de la pelota y determinan si está dentro de la portería o no. Cuando el esférico entre, el árbitro principal y sus tres asistentes recibirán una señal visual y por vibración en su reloj en menos de un segundo. «Goal», leerán.
El DAG estará en las 12 sedes del Mundial por un coste que la FIFA se negó a revelar por la confidencialidad del contrato con la empresa GoalControl, la ganadora del concurso.
Por el ángulo de visión y la limitación del ojo humano, la FIFA asegura que sólo un ingenio como el DAG puede ser seguro al 100 por ciento. Las cámaras procesan más de 500 imágenes por segundo, por las 16 del ojo.
«Queremos protección para los árbitros», apuntó Holzmüller. «Nos interesa más el impacto de un incidente que el número de incidentes», agregó, sabedor de que una sola acción puede tener una importancia trascendental.
La FIFA quiere acabar al menos con una de las fuentes habituales de polémica. Por lo tanto, no se repetirá una situación como la del famoso gol de Hurst ni como la del claro tanto no concedido al inglés Franck Lampard también frente al conjunto germano en Sudáfrica 2010.
«Si hay algo positivo de lo que ocurrió en Sudáfrica, sería la introducción de la tecnología», dijo recientemente Lampard.
Alemania derrotó a Inglaterra por 4-1 en los octavos de final del Mundial de Sudáfrica, pero en el minuto 38 y con 2-1 a favor del equipo germano, el árbitro no concedió un gol de Lampard que, como se vio después en la repetición, sobrepasó claramente la línea de meta (http://dpaq.de/e9l6o).
«No se trata de una solución, sino que es la solución», afirma convencido el presidente de la FIFA, Joseph Blatter, que tras años de recelos se convenció de introducir la tecnología en un juego tan antiguo como poco propenso a cambiar su esencia.
«El fútbol mantiene su cara humana. Para nosotros estaba claro que lo de Sudáfrica no se podía repetir», asegura Blatter.
Lo ocurrido en Bloemfontein con el no gol de Lampard hace cuatro años activó el proceso. Tras numerosos tests, descartar el chip en la pelota y recibir en julio de 2012 la aprobación del International Board, garante de las reglas del fútbol, ahora la tecnología ya está lista.
«Es realmente una gran ayuda», dijo Massimo Busacca, director de árbitros de la FIFA.
El DAG es infalible, presume la FIFA. Y resistiría incluso un ataque de piratas informáticos: al ser un sistema «offline», no habrá riesgos de que «hackers» puedan manipular la señal, según aseguró Dirk Broichhausen, director ejecutivo de GoalControl.
Pero la tecnología no sólo estará presente en Brasil para resolver los «goles fantasma»: también conectará a Brasil con el mundo y a los aficionados y futbolistas entre sí, ofrecerá imágenes de una calidad jamás vista antes en una competición similar y llevará la señal a los satélites para luego repartirla por todos los rincones del planeta.
Cuando «el pais do futebol» recibió el Mundial en 1950, la final fue seguida en directo por más de 200.000 personas en el estadio Maracaná. Lejos del templo nadie recibió señal televisiva en vivo. Llegó más tarde a los hogares. Y en blanco y negro.
Ahora, 64 años después, será todo bien diferente. El nuevo Maracaná sólo tiene 73.531 asientos, pero el partido que definirá el título será visto en directo por cerca de 1.000 millones de espectadores. En color. Y, en muchos de los casos, en alta definición.
La dimensión del certamen fue creciendo internacionalmente edición a edición gracias al poder intrínseco del fútbol y al de la tecnología. Brasil 2014 llegará a todos los países, ya sea por televisión, radio o internet, en tres dimensiones (3D), en alta definición (HD) o en «súperalta» definición.
Y habrá más: la FIFA quiere ir más allá en la realización audiovisual del torneo y grabará tres partidos, uno de octavos, uno de cuartos y la final, en el novedoso formato 4K.
El ente rector habla de una «experiencia única y fascinante». «El 4K trasportará a los aficionados de todo el mundo a una nueva dimensión visual que marcará el inicio de una nueva era en las emisiones de competiciones deportivas», señaló el director de televisión de la FIFA, Niclas Ericson.
Sin embargo, muy pocas personas en el mundo tienen un televisor para poder recibir una señal en 4K. Es más, muy pocas cadenas estarían dispuestas a emitir en ese formato, ya que ocupa cuatro veces más de ancho de banda que una emisión en HD y el público al que va dirigido es ínfimo, un negocio sin rentabilidad.
Más real es el DAG, la gran novedad de Brasil 2014 y el encargado de olvidar los «fantasmas» del pasado.
dpa dgm/enc ps
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